el pasado 23 de febrero, el cementerio Domingotxonea de Hondarribia acogió un emotivo homenaje a Kandido Saseta, comandante del Euzko Gudarostea, en el día en el que se cumplían 80 años desde que cayera muerto en combate en Asturias, en el entorno hoy conocido como Pradón de los Vascos del pequeño pueblo de Areces.
Este aniversario, como los de otros acontecimientos de aquel mismo año, está sirviendo para traer a la memoria a quienes protagonizaron la lucha por la supervivencia del pueblo vasco y en favor la legalidad democrática vigente, que fue rota por el golpe de estado franquista que dio lugar a la Guerra Civil.
Desde ayer mismo, en el centro de interpretación Arma Plaza de Hondarribia, se recuerda, con una exposición, la figura del propio Cándido Saseta y también la de todos los gudaris que conformaron el batallón del ejército vasco que tomó su nombre.
abundante material La muestra es fruto del trabajo conjunto de Sabino Arana Fundazioa, la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Hondarribia, y recoge y repasa la vida y la historia de Saseta y del batallón del mismo nombre. Para ello, se vale de paneles informativos y fotografías, además de abundante material de la época, como documentos, armas, objetos de diverso tipo o la ikurriña de la compañía Beti Aurrera, con la que ya se le homenajeó el día del 80 aniversario de su muerte.
En la apertura de la muestra estuvieron presentes el alcalde de Hondarribia, Txomin Sagarzazu, la directora foral de Convivencia y Derechos Humanos, Maribel Vaquero, y el presidente de Sabino Arana Fundazioa, Juan María Atutxa.
El edil de la ciudad que vio nacer a Kandido Saseta y donde sus restos descansan desde el año 2008, resaltó que “los actos que se están organizando a los 80 años de su muerte están sirviendo para acercar la memoria de Saseta y de toda su generación a los jóvenes y no tan jóvenes de hoy”.
Txomin Sagarzazu invitó “a venir y ver esta exposición, para conocer quiénes fueron Saseta y los gudaris de su batallón”.
Por su parte, Juan María Atutxa resaltó “el buen trabajo conjunto realizado para montar esta exposición” entre la entidad que preside, la Fundación Sabino Arana, la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Consistorio hondarribiarra, y agradeció “la inestimable aportación que suponen los fondos del legado del gudari José Bernardo Ipiña, cedidos a la fundación por su nieto, Beñat González Ipiña”.
memoria necesaria “Dicen algunos que es mejor no remover o recordar el pasado, pero creemos que es necesario que los jóvenes y algunos no tan jóvenes de hoy conozcan quiénes fueron Saseta y los gudaris de su generación, los riesgos que corrieron y la valentía con la que defendieron, ante el fascismo, la legalidad democrática y la propia supervivencia del pueblo vasco”.
Por último, Maribel Vaquero resaltó “la necesidad de rescatar y reconocer la figura de Saseta y de toda su generación” a través de “un relato fiel” de su lucha contra el fascismo y en defensa de la democracia, los derechos humanos y Euskadi. “A todos ellos y a sus familiares, les debemos verdad, justicia y reparación”, concluyó la responsable foral de Convivencia y Derechos Humanos.