palma. Iñaki Urdangarin regresa junto a la infanta Cristina a Washington sin medidas cautelares contra él, tras un fin de semana maratoniano en los juzgados de Palma (declaró durante 22 horas) y un mar de dudas en torno al alcance de sus responsabilidades en el denominado caso Nóos. Reuniones secretas con el entonces presidente balear, Jaume Matas (PP), para supuestamente planificar negocios conjuntos con dinero público; órdenes incumplidas dictadas por la casa real para que se alejara de esos negocios; dudas sobre el papel que su esposa jugó en el supuesto fraude y muchos hilos aún de los que tirar son el bagaje con el que el duque de Palma regresa a Estados Unidos.

Pero su estrategia sigue siendo la misma: descargar la culpa en su exsocio Diego Torres, negar una y otra vez haber delinquido y tratar, con más o menos éxito, de dejar limpio el nombre de la familia real y el suyo propio.

El desmentido

No desobedeció al rey

En su comparecencia del domingo ante el juez Castro (duró hasta las 4 de la mañana), Urdangarin insistió en varios momentos en que "en modo alguno" contravino la recomendación de la casa real de no firmar contratos con instituciones públicas ni mantener asociaciones mercantiles a largo plazo con Torres. Pese a sus desmentidos iniciales (dijo que rompió en 2006 con su exsocio), finalmente y ante el interrogatorio del juez, el duque de Palma hubo de admitir que intervino en dos proyectos empresariales en 2008 con Torres y que abordó con él y por correo electrónico cuestiones relativas a diversas facturas. Eso sí, mantuvo que ni una cosa ni otra contravinieron la recomendación que le hizo la Casa del Rey.

Y es que para Urdangarin la orden de su suegro se refería únicamente a la no conveniencia de firmar contratos con instituciones públicas, a que no mantuviera asociaciones mercantiles a largo plazo con Diego Torres y a que no presidiera instituciones como la Fundación Areté y similares, todo lo cual cumplió.

El marido de la infanta subrayó ante Castro que él nunca entendió que le estuviera vedada la actividad empresarial con el sector privado y precisamente los dos proyectos en los que intervino en 2008 fueron con sociedades privadas. En concreto, Urdangarin intervino en un proyecto de consultoría para la empresa Aguas de Valencia por 500.000 euros, que le fue encargado por el empresario Miguel Zorío, dueño de Lobby de Comunicación, y en un proyecto de consultoría encargado por Zorío a Nóos, por 900.000 euros, para los Juegos Europeos que debían celebrarse en Valencia. El duque de Palma aseguró que se desligó de este trabajo cuando se desvinculó de Nóos.

Urdangarin también explicó ante el juez que decidió incorporar al asesor de las infantas Carlos García Revenga en el Instituto Nóos porque Torres había incorporado a familiares suyos a la entidad y él pensó en García Revenga por ser una persona de su confianza. Detalló que no informó a la casa real del nombramiento porque era conocido que el asesor participaba en una serie de fundaciones que no le impedían ejercer sus funciones de asesoría y sentenció que tanto García Revenga como la infanta Cristina figuraban con sus respectivos vínculos a la Casa del Rey en folletos divulgativos del Instituto Nóos porque quería ofrecer a sus interlocutores "la máxima transparencia sobre la constitución del instituto".

La sospecha

Los acuerdos con Matas

Respecto a la otra cuestión espinosa aún en el aire, la supuesta reunión secreta que mantuvo con el presidente balear Jaume Matas, Urdangarin negó haberse puesto de acuerdo con él para "defraudar a la Administración". De hecho, aseguró que de forma directa solo contactó con él en una ocasión, mientras que el resto de interlocuciones se hicieron por mediación del exdirector general de Deportes, José Luis Pepote Ballester. En su comparecencia, el yerno del rey incidió en que ni él personalmente como tampoco el Instituto Nóos, que presidió entre 2004 y 2006, y Aizoon -la empresa de la que era copropietario al 50% junto a la infanta Cristina- hicieron "negocio alguno con el señor Matas".

Según explicó, el único contacto que mantuvo con el exjefe del Ejecutivo balear fue cuando participó a este la urgencia de que se tomara una decisión sobre el patrocinio del equipo ciclista Banesto en atención al calendario deportivo, lo que trasladó a Matas en una reunión mantenida en el Consolat de Mar -sede de la Presidencia del Govern- "a instancias de Ballester". Un encuentro en el que, explicó, presentó a Nóos como una entidad sin ánimo de lucro y que comentó "abiertamente" que él se "involucraría en el proyecto", a lo que el expresidente le dijo que estudiaría su proposición mientras que Ballester fue el interlocutor con su exsocio Diego Torres para buscar la fórmula de contratación. >n.g./efe/e.p.