madrid. La Audiencia Nacional condenó ayer a 10 años de cárcel al miembro de ETA Asier Arzalluz Goñi como autor de un delito de estragos en grado de tentativa por la colocación de una bomba en el edificio de la Bolsa de Bilbao que fue desactivada por la Ertzaintza, el 4 de marzo de 2002.

En su sentencia, la Sala de lo Penal considera probado que Arzalluz integraba el comando K.Olaia, al que se adjudica la colocación de esta bomba en el aseo de caballeros de la Bolsa de Bilbao, y que no estalló porque, según una nota de autocrítica de ETA, "las conexiones no estaban bien hechas". Para condenarle, el tribunal valoró la declaración incriminatoria del activista Gorka Martínez Arkarazo, que quedó "corroborada" por las huellas de Arzalluz encontradas en un piso y una lonja alquilados por ese compañero de comando.

La Sala concluye que, según documentos intervenidos al exdirigente de ETA Ibon Fernández Iradi, Susper, el K.Olaia cometió ese atentado y, aunque en esos papeles "no se identifica a sus miembros", la dirección de la banda terrorista sabe que en ese momento lo integran "tres individuos concretos entre los que está el procesado".