"No se entiende por qué aquellos que firmaron el Acuerdo de Lizarra no firman ahora el de Gernika"
Confiesa que no es una persona optimista por naturaleza, pero Aintzane Ezenarro afirma con franqueza que hay razones objetivas para creer que estamos ante una oportunidad real de alcanzar un final de la violencia aunque sea "imperfecto", aunque no todo el MLNV llegue unido hasta el final del camino
Getaria. Después de posponer hasta en tres ocasiones esta entrevista, la portavoz de Aralar en el Parlamento Vasco consigue hacer un hueco en sus apretadas agendas, porque tiene dos, la política y la familiar. Conciliar ambas no es tarea fácil, pero con organización y esfuerzo se consigue, asegura Aintzane Ezenarro. Y en lo que a la labor política se refiere, reivindica la figura del político que trabaja a pie de calle, que palpa el sentir de los ciudadanos. Ella puede hacer gala de ello, se resiste a dejar la política con minúsculas en el Ayuntamiento de su pueblo natal, Getaria, que compagina con su escaño en la Cámara vasca. Desde su despacho municipal, Ezenarro analiza y trata de poner orden a la vorágine de acontecimientos, declaraciones y acuerdos de las últimas semanas.
¿Satisfecha o decepcionada con la manifestación del sábado?
Por encima de lo que ocurrió al final de la manifestación, cuando se dio la palabra a algunos miembros de Adierazi EH, hay que destacar que la marcha fue multitudinaria y plural, y que participó lo que representa el sentir mayoritario de esta sociedad que está en contra de la vulneración de todo tipo de derechos humanos, civiles y políticos. Hubo gente plural, no sólo representantes de partidos plurales. Eso es importante, porque frente a ETA y frente aquellos que con la excusa de ETA quieren vulnerar derechos fundamentales, la mayoría de la sociedad tiene una respuesta contundente.
¿Qué sensación le queda a una cuando después de protagonizar un acuerdo histórico como el de Gernika, los destinatarios del mensaje siguen enrocados en sus posiciones? ETA sin declarar un alto el fuego definitivo y con explosivos almacenados, y el Gobierno español con su apuesta intacta por la derrota policial, como se ha reflejado con las últimas operaciones.
Estoy optimista - y no lo digo por decir- en relación a los hechos que están sucediéndose, porque hay un elemento absolutamente nuevo y es que Batasuna se ha unido a las voces que reclamábamos a ETA un alto el fuego unilateral. Desde el nacimiento de Aralar, estamos planteando que es necesario que cada uno demos pasos unilaterales hacia la paz. Estar siempre esperando a lo que mueva el otro o deje de mover es dar derecho a veto al Estado español. Los que creemos que podemos dar pasos hacia la paz, tenemos que seguir avanzando a pesar de ETA y a pesar del sector social y político que está en la estrategia de la negación.
ETA parece que ha obviado la petición de los firmantes del Acuerdo de Gernika. ¿Qué lectura hace de su respuesta en la entrevista a "Gara"?
A mí personalmente me pareció bastante llamativo que no esperaran ni dos horas para colgar en la web la entrevista. Me pareció un desprecio a los firmantes de Gernika, un ejercicio de arrogancia por parte de ETA que, incluso cuando toda la sociología de la izquierda abertzale le está reclamando un paso unilateral e irreversible para un abandono definitivo de la violencia, su respuesta sea "ya veremos". Es un desprecio no sólo a la sociedad vasca, sino a lo que ha sido históricamente su base social. Por lo tanto, yo creo que hay que decirle de forma unívoca a ETA que se ha equivocado, que le estamos reclamando pasos unilaterales, que no queremos vanguardias políticas y que somos mayores de edad.
¿Hasta qué punto está blindado el Acuerdo de Gernika? ¿Si ETA atenta y Batasuna no se desmarca, Aralar se desvincularía del texto de Gernika?
Nosotros no nos vamos a desvincular del Acuerdo de Gernika, en ese caso, se estaría desvinculando Batasuna. Es decir, desde un punto de vista democrático está absolutamente blindado el Acuerdo de Gernika. Si ETA persiste en esta ambigüedad, evidentemente Batasuna tendrá que enfrentarse a ETA, como lo ha hecho Aralar en otro tiempo. Si al final, ETA se aviene a este discurso, mejor que mejor. Pero si esto no pasa y Batasuna mantiene lo que ha firmado en Gernika de forma coherente y hasta el final, evidentemente tendrá que enfrentarse a ETA. Nosotros nos circunscribimos al texto, por tanto quien no actúe en coherencia con el Acuerdo de Gernika tendrá que ser quien dé explicaciones ante la sociedad vasca y ante el resto de los firmantes. Aralar no ha movido ni uno de sus principios fundadores al suscribir Gernika. Dicho esto, quiero insistir en la idea de que lo novedoso no es lo que diga ETA, lo novedoso es lo que está diciendo Batasuna.
¿Y confía en que la izquierda aber-tzale ilegalizada tendrá valentía para enfrentarse a ETA?
Yo sí creo que están por la labor. Lo he dicho en más de una ocasión, me fío más de Batasuna que de ETA. Por lo tanto, si ETA no clarifica su discurso, Batasuna deberá enfrentarse a ETA. Esto está todavía por ver, pero efectivamente parece que los líderes de Batasuna han llegado a la conclusión de que esa no desvinculación en relación a la acción armada de ETA sólo hace daño a la causa abertzale, especialmente a la izquierda abertzale representada por Batasuna, y que no tiene ningún sentido mantener una decisión que se tomó en 1959. A mí me gustaría que esa desvinculación se diera ya y no se esperase a un hipotético posible atentado que esperemos no ocurra nunca. En cualquier caso, ningún proceso de estas características tiene una garantía al 100% de salir bien. Nadie puede poner la mano en el fuego de que esto va a salir bien.
¿Cree que hay una lucha entre ETA y Batasuna por protagonizar y liderar su proceso interno?
No me gusta especular. Pero cómo no va a haber discusión y debate cuando se está planteando un cambio de mentalidad de tal calado. Lo contrario sería lo irreal. El cambio de discurso genera contradicciones. Es normal que se dé una discusión y se estén sucediendo comunicado tras comunicado. Es un proceso natural, quizá imperfecto, pero dinámico y va progresando en la buena dirección.
¿Cree que estamos más cerca de una escisión del MLNV o de una solución global, es decir, sin que nadie de ese mundo se quede en el camino?
El intento es caminar todos juntos. Ese es el escenario óptimo, pero lo óptimo no puede nunca ser enemigo de lo bueno. Y si no se da el escenario óptimo, habrá que abordar lo menos malo y es avanzar. Si lo hacemos todos juntos, mejor, si no es todos juntos, tiene que avanzar la mayoría. Puede ser un final imperfecto, pero supondría que ETA mire atrás y no vea a nadie.
¿Tras la foto de Gernika, Aralar se ha incorporado o no al llamado polo soberanista?
(Sonríe) ¿Pero eso existe? Porque yo todavía no he visto virtualizado que va a ser una opción electoral. Aralar ha firmado un acuerdo de principios mínimos para la paz. Punto. Aralar ha suscrito unos principios que ha mantenido durante diez años porque otros han sucrito esos principios en relación a la paz. A partir de ahí, siempre hemos defendido que es necesario en este país una opción de izquierdas y abertzale políticamente eficaz, moderna, que esté en contacto diario con la gente, etc. Y esto se tendrá que dar, pero a medio plazo. Ahora lo que hay es un acuerdo de paz, no hay ningún programa electoral, ni político. En Lizarra también hubo una firma de paz entre muy diferentes partidos y eso no quiso decir que hubiera una confluencia político electoral. No hay que mezclar las cosas. Otra cosa es lo que tengan EA y Batasuna. Parece que aquí firmas algo y te tienes que casar, pues no.
¿Cómo están viviendo las bases de Aralar este reencuentro con la antigua Batasuna? Ediles de Aralar sufrieron en su día duras presiones por parte de la izquierda ilegalizada.
La gente que ha participado en el proyecto político de Aralar realmente es gente muy madura, que ha hecho una reflexión interna muy importante antes de entrar a participar en Aralar, que sabía donde entraba, que sabía con lo que se iba a encontrar. Creo que han demostrado, sobre todo, los cargos electos municipales una madurez que es loable. Y lo digo porque he vivido muy de cerca toda esta situación de desprecio y amenazas. A partir de ahí, la gente está contenta, porque hemos luchado por que los principios que defendíamos sean compartidos por todos los que somos de izquierdas y abertzales en este país.
¿Tras el Acuerdo de Gernika o esas colaboraciones a medio plazo, teme Aralar ser "contaminada" por la izquierda abertzale ilegalizada de cara a los próximos comicios?
Yo no temo a nada que no sea una realidad. Cuando uno actúa según sus propios principios y esos principios están blindados democráticamente no tenemos nada que temer. Nosotros tenemos un discurso clarísimo en relación a los derechos humanos. Lo que se ha firmado en Gernika es intachable democráticamente hablando y, además, el miedo nunca nos ha condicionado a la hora de defender nuestros principios. Y en las próximas elecciones defenderemos nuestro propio proyecto político con claridad también.
Los mediadores internacionales han vuelto a solicitar a ETA que se ajuste a la Declaración de Bruselas. ¿Cree que la organización armada se apoyará en los agentes internacionales para dar el paso definitivo? ¿Tienen éstos un papel clave?
Agradezco mucho su participación, pero la solución está en nosotros. Además, los mediadores internacionales no le han pedido a ETA lo que no le viene reclamando la sociedad vasca durante años. Me parece loable lo que están haciendo y siempre ayuda, pero no nos engañemos pensando que la solución vendrá de fuera, está en nosotros, en la unilateralidad y en ser responsables.
Tras seis meses de documentos, declaraciones y acuerdos por parte de la izquierda abertzale y dos comunicados de ETA, PSOE y PP siguen diciendo que "no hay nada nuevo". ¿Cambiarán algún día su posición?
Yo sólo veo una vía, que la propia Batasuna siga dando pasos para recuperar la credibilidad que ha perdido. Y cuando Batasuna haya recorrido todo el camino, por supuesto que creo que PP y PSOE cambiarán su posición.
Ese día, quizá también el escepticismo de la sociedad vasca se convierta en esperanza.
Es normal el escepticismo de la sociedad vasca. La credibilidad se pierde muy fácil y es muy difícil recuperarla. Y evidentemente, llevamos desde el Acuerdo de Lizarra, doce años en permanente intento frustrado para llegar a la paz, y especialmente, ha cansado al sector abertzale que es el que más ha querido que esto saliese adelante.
El histórico de HB Tasio Erkizia afirmó recientemente que el papel del PNV es "clave" para avanzar hacia la normalización política y le emplazaba a unirse al resto de las fuerzas abertzales. ¿Echó de menos al PNV en la firma de Gernika?
Evidentemente, el PNV tiene un papel importante. Se trata del partido abertzale mayoritario. En todo caso, tengo que decir que si nos circunscribimos sólo al texto del Acuerdo de Gernika no se entiende por qué aquellos que firmaron el Acuerdo de Lizarra, que era incluso mucho menor, no firman este acuerdo. En relación al texto, no hay explicación, habría que buscarla en el contexto. Sin duda, doce años no pasan en balde, han pasado cosas, hay déficit de credibilidad en algún sector.
¿Qué le parece la iniciativa del PNV de Gipuzkoa en favor del derecho a decidir, "Batu Gaitezen"?
Es una iniciativa respetable. Pero insisto en que el PNV tuvo en Gernika otra ocasión de firmar un acuerdo plural desde la defensa de todos los derechos humanos, que no sólo habla de paz, sino también de normalización política y del reconocimiento del derecho a decidir.
Usted insiste en que hay que avanzar a pesar de ETA y del Gobierno español. Pero con violencia, es imposible hacer realidad las aspiraciones abertzales.
La violencia dificulta y contamina el debate sobre el derecho a decidir, pero no tiene por qué ser un impedimento. En este sentido, Aralar aboga por una unión de fuerzas plural, sin exclusiones, en favor de ese derecho.
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