El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha clausurado este domingo el congreso del PP con un discurso en el que ha asegurado que quiere gobernar en solitario y ha confirmado que no piensa imponer cordones sanitarios ni a Vox ni al PSOE.

En su primera intervención tras haber sido reelegido presidente de la formación, Feijóo ha prometido que no va a establecer un cordón sanitario a Vox como pide la izquierda porque es la tercera fuerza política del país y "sus votantes merecen un respeto".

Tampoco van a establecer un cordón al PSOE "como pide Vox" ya que, aunque con este PSOE de "sanchismo" sea "imposible" acordar nada, eso no significa "renunciar para siempre a que este país recupere los consensos en los asuntos que lo requieren". El único cordón sanitario será a Bildu, ha reiterado.

"La Presidencia del Gobierno exige grandeza y yo la voy a tener", ha afirmado Feijóo, quien ha definido a este XXI Congreso que ha acabado hoy en Madrid como "el acto fundacional de un nuevo tiempo" para el partido, centrado en dar esperanza a los españoles.

El líder del PP ha insistido en que solo hay dos opciones: "o Sánchez o yo". Ha reiterado su idea de un gobierno en solitario con alianzas en el Congreso porque el único Gobierno en coalición que ha habido hasta la fecha "no ha funcionado" y él no quiere darle a España "los mismos espectáculos" que se ven en el Consejo de Ministros.

Feijóo ha prometido que cuando llegue al Gobierno devolverá "la normalidad" a la vida política y su "primera tarea" será conseguir que los años de Sánchez se conviertan en "un paréntesis" en la historia.

Una de sus primeras tareas será acabar con "el muro" que divide hoy en día a los españoles y ha prometido un Gobierno "limpio" que devuelva la confianza en la política a los ciudadanos.

Un Gobierno que "auditará hasta el último céntimo que se haya gastado", con especial atención a la adjudicación de obras y servicios y al reclutamiento y promoción del personal al servicio del Estado.

Sánchez ha quebrado España

Feijóo ha acusado a Sánchez de intentar "quebrar deliberadamente" la convivencia de los españoles y le ha responsabilizado de "abandonar la centralidad y someter" a su partido, al país y a las minorías y de "olvidar" que España es una nación diversa.

En los últimos años, ha dicho, nada ha sido "normal", ni la forma de gobernar ni el funcionamiento de las instituciones, ni la forma de legislar.

Sánchez ha convertido "lo irregular en norma": "ha retorcido la Constitución, violentado en su propio provecho el principio de legalidad, troceado el Estado, las fronteras, la caja común, la acción exterior y la política migratoria y colonizado las instituciones para expandir su poder personal".

La única alternativa

Feijóo se ha proclamado como la "única alternativa" para revertir la situación, ya que el cambio no llegará solo "por mero desgaste" de un gobierno "insalubre", sino por la capacidad del PP para dar esperanza.

El líder popular ha dicho que no acepta que la nación española esté "enferma" pero que la esfera política "sí lo está", al tiempo que ha hecho una crítica a quienes dentro del PSOE siguen jaleando a Sánchez y a los "cómplices" que siguen sosteniéndole fuera.

Para recuperar la "normalidad política" se ha comprometido, entre otras cosas, a llevar a cabo un "plan de regeneración democrática" que garantice contrapesos al poder, que ponga fin a las servidumbres políticas y que grantice, por ejemplo, que los cargos en organismos del Estado se ocupen "por mérito y capacidad".

Sin miedo a convocar elecciones

Además, se ha comprometido a convocar elecciones cuando esté al frente del Ejecutivo si no logra sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado o si pierde el respaldo parlamentario necesario para gobernar.

Si la mayoría no le "sostiene", como le sucede ahora a Sánchez, adelantará los comicios pues desaprueba que un poder mantenga el "voto cautivo".

Una de las promesas más aplaudidas en el pleno ha sido su compromiso de atajar la inmigración ilegal cuando llegue a la Moncloa.

En este asunto, ha dicho, no va a "mirar para otro lado", pero tampoco a "simplificar un problema complejo" porque sin la inmigración, ha advertido, "seríamos un país todavía más envejecido".