LAS luces de alarma venían señalándolo desde hace tiempo, pero ha hecho falta que las estadísticas y los estudios sociológicos entraran a analizarlo para poner nombre y cifras al fenómeno: la juventud ya no confía en la política. El desapego de la ciudadanía hacia la res pública estaba siendo motivo de preocupación cuando se entrecruzó un fenómeno que los responsables públicos entienden mucho más preocupante en cuanto a que afecta a la parte de la ciudadanía que marcará -o está marcando ya- las tendencias del futuro.
Esa población, la que abarca entre los 15 y los 29 años, la que ha sentenciado en una reciente encuesta de la Diputación Foral que en un 71% tiene poco o ningún interés por la política y, como consecuencia, cree que quienes se dedican a ella están alejados de la realidad, son corruptos, vividores, mentirosos y buscan más el interés propio que el general. Ya lo dijo el propio diputado general, Markel Olano, al presentar conclusiones tan demoledoras: "Houston, tenemos un problema". Ayer, un nutrido grupo de representantes políticos, económicos, deportivos y sociales se reunió en torno a una mesa a pensar en estrategias que cambien esta realidad.
Conocer los códigos eficaces
Los contenidos y el lenguaje
Markel Olano abogó por "realizar un esfuerzo" para comprender "cuáles son los códigos más eficaces" con vistas a acercar la política y "empezar a tener una mayor comunicación" con la ciudadanía, en especial, con los jóvenes.
En la inauguración de la "Jornada de Reflexión. Cultura Política en Gipuzkoa", el diputado general compartió mesa, entre otros, con el sociólogo Javier Elzo y la profesora de Mondragón Unibertsitatea, Ainhoa Larrañaga, pero también estuvieron presentes el presidente de Kutxa, Xabier Iturbe, los máximos representantes de la Cámara de Gipuzkoa, de Adegi, de los partidos políticos, los medios de comunicación, las universidades, el Consejo Vasco de la Juventud y algunos intelectuales.
En este foro, donde se reflexionó sobre el presente y futuro de la cultura política y los valores y actitudes de los guipuzcoanos, Olano, tras recordar los resultados del estudio realizado por Aztiker sobre la relación de la juventud con la política, insistió en la necesidad de encontrar "nuevas fórmulas de hacer política" acercándola a la ciudadanía a través de nuevas vías de participación. Además, consideró que la política vasca "está generando cansancio" y una "cultura del desencuentro realmente importante", por lo que propuso reflexionar sobre la "importancia" de "escuchar y dialogar con personas con otras posiciones políticas".
Asimismo, admitió que los propios representantes políticos también deben cambiar con el objetivo de que la política que ejercen "responda a la cultura de la sociedad guipuzcoana" y, así, la clase política "deje de mirar a otro lado".
Por ello, propuso a los asistentes modificar el lenguaje, el registro comunicativo y "probablemente, repensar los contenidos" para dar respuesta a "las necesidades que ahora no detectamos".
En este sentido, el catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, aconsejó a los partidos políticos "utilizar las nuevas tecnologías", como internet, para "llegar a la ciudadanía joven".
Elzo repasó los resultados del estudio de Aztiker y los comparó con estudios relativos al ámbito del Estado. De ello dedujo que existen muchos elementos comunes pero factores diferenciales, como el hecho de que la juventud guipuzcoana, que duplica en número de asociados a diferentes organizaciones a la media del Estado (2,4% frente a 1,2%) ha desviado sus simpatías desde la política a otros ámbitos que le generan mayor confianza como las ikastolas, SOS Racismo, clubs o grupos deportivos o la lucha corta el sida (en este orden).
Otro dato interesante de los aportados por Elzo tiene que ver con la transmisión generacional, y es que está demostrado que es la madre la persona con la que se habla en casa de política y que esa transmisión se produce en mayor medida entre la gente considerada "de izquierdas" y entre quienes se consideran "sólo vascos".