Para Aitor Elordi, este verano de 2023 está resultando una travesía por el desierto, después de una primera mitad de año inmejorable, en la que dio el salto al estrellato conquistando de forma consecutiva primero el Parejas, junto a José Javier Zabaleta, y después el Manomanista. Las obligaciones propias del campeón no le están dando respiro en una campaña estival con una agenda rebosante de compromisos de la máxima exigencia ante lo más granado del cuadro profesional. Acuciado por la sed de victorias, el de Mallabia no acaba de encontrar el oasis del cartón 22. Sin opciones ya de seguir adelante en el Masters CaixaBank junto a Albisu, tampoco ha podido llegar arriba en ninguno de los torneos veraniegos que ha disputado. Por si fuera poco, la semana pasada una gastroenteritis le dejó fuera del de Bilbao y este martes por la noche cayó en semifinales del Donostia Hiria. Elordi y Zabaleta se vieron claramente superados por Altuna-Rezusta (15-22). Pese a todo, el vizcaino no se viene abajo y tiene fe en que, pronto, las cosas cambiarán.

No está siendo un verano fácil. 

No, está siendo un año largo para mí. Todo arranca desde el pasado 2022. Después de San Mateo, comenzó en octubre el Cuatro y Medio y fue en mi caso un torneo largo, porque empecé desde abajo, jugué las semifinales y acabé con el partido por el tercer puesto. Después vino el Campeonato de Parejas hasta la final y en el Manomanista lo mismo… Han sido muchas semanas en plena competición y justo cuando acaban los campeonatos importantes y necesitas un poco de desconexión y descanso, te viene la maratón de todo el verano… Si tú no le das descanso al cuerpo, es él el que te suele poner el límite. Es lo que he sentido durante el verano. Durante todo el año, el cuerpo me ha respondido muy bien, pero en el verano, a la hora de aguantar los partidos, de acabar el tanto, lo he acusado. 

"Han sido muchas semanas en plena competición y justo cuando acaban los campeonatos importantes y necesitas un poco de desconexión y descanso, te viene la maratón de todo el verano"

Durante estos meses está disputando muchos partidos y, además, de mucha exigencia, contra los mejores rivales, como corresponde al campeón manomanista. 

Eso es. Aquí, cuando uno baja un poco el nivel, los contrarios suelen estar siempre al cien por cien y nadie perdona nada. En esas circunsancias, sacar los partidos adelante suele ser difícil. Durante el año hay rachas buenas y otras no tan buenas, pero hay que tirar hacia delante y seguir compitiendo.

Tras la enorme ilusión de conquistar por primera vez la txapela del Manomanista, ¿se imaginaba así el verano?

La verdad es que estaba mentalizado. Sabía que lo que iba a venir después no iba a ser todo bonito. Hasta sacar la txapela había pasado momentos buenos y otros malos y tenía claro que después también iba a ser así. Hay que ser fuerte mentalmente, intentar dar lo máximo posible en los partidos y a ver si de aquí al final verano terminamos con buenas sensaciones.

¿En qué aspecto ha encontrado las mayores dificultades? ¿En el físico, en el psicológico, en el del momento de juego?

Se me ha juntado un poco todo. Físicamente, entre tantos partidos que hemos tenido en verano, no hemos podido llevar los entrenamientos que solemos tener todo el año. El no entrenar en gimnasio te hace bajar muscularmente y, con la carga de los partidos, te vas desgastando… Ha sido un cúmulo de todo.

En el Masters CaixaBank, usted y Albisu han perdido los cuatro partidos que han disputado hasta el momento y ya no tienen opciones de pasar a la siguiente fase. ¿Le ha escocido especialmente el papel realizado en este torneo?

Aquí uno tiene que ser realista. Por quedar campeón del Manomanista, eso no quiere decir que en todas las competiciones tenga que estar ahí arriba. Estar el cien por cien y entre los dos primeros en todos los campeonatos es casi imposible. Sí que habría querido estar al menos a mitad de tabla, pero los contrarios han sido mucho mejores que nosotros. A ver si la cosa va mejor en lo que queda por delante. 

La última feria que le queda para cerrar el verano es la de San Mateo, que se presentó el lunes y en la que usted debuta jugando con Rezusta. ¿Qué vibraciones le genera el torneo riojano? 

Buenas. Es una feria muy bonita, en la que hay un altísimo nivel. Tenemos contrarios muy complicados enfrente, pero Beñat está haciendo un gran verano, compitiendo muy bien y a ver si soy capaz de ayudarle un poco. Si enseño el juego que tenía antes de verano, tendremos oportunidades y a por ello iremos.

"Aquí uno tiene que ser realista. Por quedar campeón del Manomanista, eso no quiere decir que en todos las competiciones tenga que estar ahí arriba"

Usted ha jugado la mayoría de los partidos del verano con Zabaleta, con el que ganó en primavera el Parejas, pero con Rezusta también se arregla bien, ¿no es así?

Sí, con Zabaleta tengo especial confianza, como es normal tras jugar cuatro meses seguidos con él en el Parejas. Pero con Rezusta también la situación es parecida. Hemos coincidido en muchos entrenamientos y nos conocemos muy bien. Estoy ilusionado por esa parte.

Con el verano ya en su recta final, imagino que tendrá ya un ojo puesto en el Cuatro y Medio, el torneo que, hace un año, le dio el empujón para jugar y además ganar el Parejas y el Manomanista. 

Sí. Aún queda un mes y pico para que comience, pero lo tengo en la cabeza. A partir de la semana que viene empezaremos a preparar el aspecto físico para ir remontando toda la carga del verano.