“La experiencia suma”. Para Xabi Barandika (Gernika, 1990), no hay fórmulas secretas que expliquen su espectacular arranque de temporada estival, en el que se ha adjudicado el Master Series de Zumaia y el Grand Slam de Markina, además de ser finalista en el Master 1 del Guante de Oro de Biarritz. Por si fuera poco, ha puesto también la primera piedrita en el camino hacia el título del torneo de su pueblo, Gernika, tras la victoria obtenida el pasado sábado junto a Zabala sobre Urko-Basque en la primera jornada de la liguilla inicial. “Ha coincidido así. El año pasado también jugué bastante bien y pude hacerme con los campeonatos de Donostia y Hondarribia. He ido poco a poco mejorando, cogiendo más confianza. Estoy contento con mi arranque de verano, pero hay que seguir trabajando, que todavía queda mucho”, añade.

Entre los éxitos cosechados en esta txanpa inicial, Barandika valora por encima de todos el título del Grand Slam de Markina que conquistó el pasado domingo. En una ‘Universidad’ a reventar, como corresponde a la festividad del Día del Carmen en la cuna de la cesta, el delantero gernikarra y Thibault Basque se impusieron por dos sets a uno (15-11, 9-15 y 5-2) a Erkiaga-Ibarluzea. “Me ha hecho una ilusión especial ganar en Markina. Hay mucho entendido en la grada y ha sido un campeonato bastante difícil para nosotros. Sobre todo para mí, ya que Markina no se me suele dar bien, me resulta muy difícil jugar ahí”, reconoce. Además, tenía enfrente al actual número uno de los cuadros alegres, Erkiaga. “Estoy aburrido de jugar contra Aritz”, señala en tono jocoso Barandika, quien pone en valor que el de Ispaster “siempre es un rival muy difícil de jugarle, es un artista”. Así lo demostró Erkiaga firmando el tanto del partido, una dejada al txoko desde mitad de cancha para hacer el 6-7. “Ni me la esperaba. Aritz no es de echar dejadas. Te puede echar cortadas, dos paredes... Mil cosas, pero dejadas desde el cuadro 7 no suele echar y me pilló de sorpresa”, admite Xabi.

Esta racha triunfal acumulada por Barandika en las últimas semanas se rompió el lunes, cuando el gernikarra y Zabala cedieron en la final del Master 1 del Guante de Oro de Biarritz (15-14 y 15-10) ante una pareja de leyenda: la formada por los zumaiarras Iñaki Goikoetxea e Imanol López. “Jugamos muy bien el primer set, en el que la pelota de ellos no estaba tan viva. Fuimos ganando 14-12, pero al final Goiko y López metieron la octava marcha, esa que sólo tienen ellos, y nos remontaron. El segundo set fue diferente, porque la pelota estaba ya muy viva y ellos nos hicieron mucho daño”, relata. 

Precisamente López fue el zaguero con el que Barandika se llevó a la boca su primer torneo del verano, el Master Series de Zumaia, batiendo a Goikoetxea y Manzi. “Con Imanol siempre es un poquito más fácil, ya sabemos el nivelazo que tiene. Pero tanto con Basque como con Zabala hemos hecho muy buenos campeonatos. Estamos muy acostumbrados a cambiar de zaguero”, afirma.

Con las buenas sensaciones generadas en estas primeras batallas, Barandika se centra ahora en el que es su gran objetivo de la campaña: el Grand Slam de Gernika, en el que tiene a su lado al markinarra Jon Zabala. El sábado, en la primera jornada, noquearon a Urko-Basque (15-7 y 15-9). “Es muy buen resultado y muy mal se tiene que dar el siguiente partido -contra Goikoetxea-Manzi- para que no estemos en semifinales”, cree Xabi, teniendo en cuenta que pasan las dos primeras parejas de un grupo de tres. A partir de ahí, será otra historia. En el otro grupo están Erkiaga-Del Río, Olharan-Lekerika y Aarón-López: “Es una terna muy fuerte”. Pero Barandika sueña con doctorarse en casa: “Si gano en Gernika, me puedo morir tranquilo (risas). Me he quedado a las puertas de la txapela varias veces y me haría mucha ilusión llevármela”.

La final del Grand Slam de Gernika será el 12 de agosto y, en caso de alcanzarla, habría que ver si Barandika lo haría al mismo nivel de juego que está exhibendo ahora. “Lo difícil es mantener el nivel físico y que respeten las lesiones. La acumulación de partidos puede influir”, apunta. Sin olvidar los continuos desplazamientos de frontón a frontón entre Bizkaia e Iparralde, pasando por Gipuzkoa. Eso también hace mella. “Menos mal que mi padre me hace de chófer y eso ayuda mucho. De copiloto vamos descansando y concentrándonos de cara al partido”, concluye Xabi.