Arbizu - La txapela del Campeonato Eusko Label del Cuatro y Medio conseguida por Joseba Ezkurdia el domingo durmió en el maletero del coche del arbizuarra y pasó por muchas cabezas durante la celebración. Es el momento para que el navarro paladee con gusto el triunfo.

¿Cómo fue la celebración de la txapela del Cuatro y Medio el domingo por la noche?

-Muy bien. Hicimos una buena celebración y cenamos muy a gusto. Estoy muy contento. Nos reunimos alrededor de 130 personas en el frontón de Arbizu. Después, nos abrieron los bares del pueblo y aquí anduvimos. Me marché antes de que cerraran porque estaba muy cansado.

¿Qué fue lo primero que se le pasó por la cabeza cuando consiguió conectar el último tanto, un saque que no levantó Altuna III?

-Al principio, no me lo creía. Sabía que tenía que luchar mucho y lo hice. La ocasión lo merecía. Lo di todo en la cancha. Tras el tanto 22, sentí un vacío por dentro que no sé ni explicar. Estaba que no me lo creía.

¿Y ya se lo cree?

-Ves a otros pelotaris que consiguen títulos y que a ti, estando en la pelea, se te escapan. Ahora, este año he tenido la oportunidad de ganar dos txapelas y estoy muy contento. Seguiré luchando por mantenerme. A veces sientes envidia y piensas en cuándo te llegará el momento. Ahora, me han tocado dos títulos seguidos.

¿Derramó alguna lágrima después de lograr la txapela?

-De emoción, un poco. Me vinieron muchas cosas a la cabeza: mucho trabajo, muchos golpes... La pelota es lo que más me gusta y siempre he intentado hacer todo lo posible por jugar. Este año, al ganar dos txapelas, me siento muy bien.

¿Ha merecido la pena todo este tránsito personal?

-Sin duda. Todo lo que he vivido me ha ayudado a aprender. Valoro más las cosas. Estoy en una buena situación: cómodo y con confianza. Todo lo que he pasado ha merecido la pena. Este año no se me olvidará nunca.

¿Ha recibido alguna felicitación especial?

-Me siento muy querido, no por ganar las txapelas. Antes, la gente siempre me animaba. Eso es bonito y da mucha fuerza para seguir entrenando y trabajando.

¿Detrás de este triunfo hay algo más que una txapela?

-Hay mucho trabajo. He recibido muchos golpes, pero, como dice mi padre, para recibirlos hay que estar ahí. Mi pasión es la pelota y las cosas me están saliendo bien. Es el momento de disfrutar. Es un premio al trabajo.

Aun así, las finales individuales son las que más marcan el camino de un pelotari, ¿no?

-Tienen valor e importancia. Cuando ves a otros ganar, pasas envidia; pero ahora estoy ahí. He dado un paso adelante. Me quedo con eso.

¿Es su mejor momento?

-Sin duda. He tenido altibajos en otros instantes y ahora soy más regular. Estoy siendo competitivo todo el año. Es complicado mantenerse ahí arriba, pero me quedo con el pensamiento de que soy regular.

El aspecto mental es el que le ha hecho mejorar, ¿no cree?

-Todo ayuda. Cuando los resultados no te acompañan, le das más vueltas a las cosas. El aspecto psicológico hay que trabajarlo. Sé que llegarán momentos malos, pero estoy preparado para estar ahí.

¿Consiguió disfrutar de la final?

-Durante los momentos previos, cuando estaba con los preparadores, me sentía tranquilo y con ganas. Eso me dio confianza. Sí que Jokin empezó bien y yo no pude darle a la pelota a gusto. Después, sabía que iba a tener mi oportunidad. Cuando me igualó a catorce tuve claro que tenía que seguir a lo mío.

Después del error en el 17-18, se atrevió a trazar un dos paredes prodigioso...

-Pensé en que tenía que tomar yo las decisiones y actuar, ganara o perdiera. Era el momento de actuar. Aunque me hubiera salido mal, estaría contento por haber competido. Estoy orgulloso por haber respondido en esos momentos.

¿El Joseba Ezkurdia de hace unos años hubiera sido capaz de sobreponerse a la reacción de Altuna III?

-Quizás el Ezkurdia de hace unos años no hubiera llegado a la final del Cuatro y Medio. Es difícil decirlo. Antes, tenía buenos momentos, pero me faltaba dar ese pasito. Me faltaba esa confianza y creer más en mí. Ahora creo en mí. Eso se nota.

¿Ve todavía muy lejos la posibilidad de llevarse el Manomanista?

-Ganar txapelas es muy muy difícil. Estoy en la pelea y he dado un paso más. Me siento con confianza, pero es complicado. Intentaré prepararlo al máximo en todos los aspectos. Trataré de aspirar a lo máximo.

La Triple Corona está cada vez más cerca, ¿no?

-Sería otro sueño. Hay pocos pelotaris que han conseguido las tres txapelas. Ojalá que llegue. Si no, no será porque no he trabajado.

Después de esta campaña, cambian los objetivos y las exigencias.

-Siempre que se presenta un campeonato aspiramos a llegar a lo más alto. Me he demostrado a mí mismo que estoy en la pelea por las txapelas, con los mejores, y mi meta es estar ahí el mayor tiempo posible.

2018 va a ser un año inolvidable.

-No soy muy consciente todavía. Ganar dos campeonatos de tres no es ninguna tontería. Es algo importante. Estoy muy contento. Conseguir dos títulos en un año es un sueño. He estado siete sin llegar a ninguna final y de golpe tengo ya dos txapelas. Espero continuar así.