Tolosa - La última eliminatoria de octavos de final del Manomanista de la LEP.M se resolvió con otra paliza. Si Iker Irribarria abusó de Jon Jaunarena (2-22) el domingo en Soria, ayer fue el turno de Jokin Altuna (Amezketa, 1996), que arrolló 3-22 a Víctor Esteban (Ezcaray, La Rioja, 1993) en el frontón Beotibar de Tolosa. El delantero de Aspe, que alcanzaba la cita con cierta desconfianza debido a la inactividad en los últimos dos meses por culpa de sus lesiones en ambas muñecas, disipó todas las dudas (las propias y las ajenas) con una soberbia actuación que desesperó a un rival con mucha pegada, pero escasa paciencia. Su rival en cuartos será Juan Martínez de Irujo. Eso sí, siempre y cuando el delantero de Ibero confirme su participación en un partido fijado para el lunes de la próxima semana en el mismo escenario donde ayer triunfó, y de qué manera, un Jokin Altuna que además contó con el apoyo mayoritario de la grada.
Casi nadie tenía claro quién era el favorito para el partido de ayer. Víctor alcanzaba la cita con cierta ventaja anímica por eso de haber cuajado como suplente una excelente recta final del Campeonato de Parejas y por haberse estrenado ya en el mano a mano con una trabajada victoria ante Danel Elezkano (19-22) en la primera ronda. En cambio, Altuna III venía de despedirse prematuramente del Parejas por culpa de una lesión, aunque hace un año, en su estreno en el Manomanista de Primera, ya había demostrado sus buenas condiciones para la competición individual. De hecho, se convirtió en una de las revelaciones del campeonato merced a sus triunfos ante Álvaro Untoria (9-22) y Aitor Zubieta (4-22). Solo Aimar Olaizola, ya en los cuartos de final, frenó su escalada (22-8). Por eso, la cátedra no se atrevió a posicionarse.
Sin un favorito claro, el encuentro arrancó con relativa igualdad. Se adelantó Altuna III gracias a un error de Víctor, que volteó el marcador con un pelotazo atrás y un tanto de saque (1-2). Después vino la paliza. Otra más. Como la del domingo en Soria, aunque con matices, ya que en los dos primeros tantos del encuentro de ayer (1-1) se cruzaron más pelotazos a buena (29) que los que dieron Irribarria y Jaunarena (25) antes de que el guipuzcoano dejara casi sentenciado su duelo ante el leitzarra (25).
La cuestión es que, pese a que Víctor lució pegada de salida, Altuna III contrarrestó la fortaleza de su oponente con una enorme dosis de paciencia, elegancia y precisión. El delantero de Amezketa cruzó la pelota buscando la pared izquierda, mantuvo al riojano alejado del frontis y acertó con el remate (a veces adelante, otras golpeando atrás). En definitiva, que aplicó a la perfección el manual del buen manomanista, demostró que lo que hizo en la pasada edición del torneo no fue producto de la casualidad y ahora tiene ante el sí el reto de escalar un peldaño más en la escalera. Contra Irujo, si es que su compañero de empresa y uno de sus mentores, llega a tiempo de disputar el partido.