Oronoz Mugaire. El Labrit tiene festival esta tarde (17.15 horas, Nitro). No se juegan partidos de campeonato, pero será una función especial porque será la última en la que tome parte Iñaki Otxandorena. Asegarce no le va a renovar su contrato y a los 35 años se prepara para una nueva vida. Estas son sus reflexiones.

¿Se ha hecho ya a la idea de que concluye una etapa de casi 15 años como pelotari profesional?

Lo voy asimilando. Es duro saber que se acaba, pero sabiendo que no es un punto y final porque aún tengo intención e ilusión por seguir jugando, aunque no sea en Asegarce ni en Aspe. Se acaba una etapa y se abre otra. Empiezo una nueva vida.

Lleva media vida jugando a pelota. ¿Ahora qué?

Ha sido más de media vida porque, aparte de los 15 años que he pasado como profesional, de chaval iba todos los fines de semana al frontón a jugar, a entrenar... O sea, que ha sido toda una vida jugando a pelota. No he hecho otra cosa y ahora se abre algo nuevo. Lo primero será buscar trabajo y, si se puede compatibilizar con la pelota, mejor, porque me encantaría seguir jugando.

Así que no parece una retirada definitiva...

Mi idea es seguir. Todavía estoy con ganas e ilusión de jugar a pelota. Dejarlo de un día para otro me daría pena. Veo que puedo seguir jugando durante algunos años y, mientras se pueda o haya festivales en verano, lo voy a intentar.

O sea, que aún le quedaba cuerda para seguir unos años más en su empresa.

Lo que está claro es que, cuando te dicen de parar, normalmente no es una decisión propia del pelotari. Normalmente viene de la empresa. Todos tenemos ganas de seguir más tiempo y, en mi caso ha sido así, pero, si no se puede con Asegarce, tampoco pasa nada.

Por lo que dice, ¿considera que Asegarce podría haberle renovado al menos por un año más?

De mi boca no va a salir que la empresa debería haberme dado un año más. Está claro que, si me hubieran dado un año más, lo habría cogido encantado, pero no pienso que me tenían que haber hecho un año más. Pienso que las cosas se han dado así, que la situación actual no es buena en ningún lado y me imagino que tampoco en mi empresa y en la pelota. Supongo que han decidido cerrar la etapa de un tío que tiene 35 años y ahora darán paso a otro más joven. Pero no le doy vueltas. No me voy con remordimientos.

¿Qué le dijeron para justificar su salida de Asegarce?

Lo que se suele decir: que no tenían quejas de mí y que estaban contentos con mi rendimiento, pero que se acababa una etapa y que no me iban a renovar.

¿Le ha jubilado la edad o la crisis?

No cabe duda de que si la cosa está boyante, siempre existen más oportunidades. Pero cuando la cosa está mal, es más difícil seguir. Pero está claro que ya tengo unos años, que ya no soy un chaval, que estaba jugando en Segunda y en esa categoría tampoco es fácil continuar.

Hoy juega su último partido en el Labrit. ¿Qué espera que ocurra?

Me imagino que estaré nervioso y que al ser mi último partido habrá algo más de gente que la habitual. Hasta ahora he estado tranquilo, pero, cuando llegué al frontón y empiece a calentar, será diferente. Me imagino que entonces aparecerán los nervios.

¿Llorará?

No soy de lágrima fácil, pero nunca digas nunca jamás (risas).

Hagamos ahora un resumen de sus 14 años y medio como profesional.

Han sido una gozada. Me lo he pasado pipa. He jugado bien y mal, he estado en Primera y en Segunda, pero la verdad es que me lo he pasado muy bien. He hecho unos amigos que son para toda la vida y ha sido algo inolvidable.

Vamos con el debut. Se estrenó con 20 años. ¿Demasiado pronto?

No (risas). Estuvo bien. Aunque antes había jugado en aficionados, aprendí el oficio. Y más en aquella época con la empresa Aspe, que me dio un montón de oportunidades y a la que estoy muy agradecido.

Pero solo duró tres años en Aspe. ¿Por qué se cambió a Asegarce?

Se dieron las circunstancias de poder pasar a la otra empresa y las aproveché. No fue ni por malos entendidos ni porque me llevara mal con Aspe. Hubo una oferta y la acepté.

La verdad es que nunca ha trascendido que haya tenido problemas con sus empresas.

Es cierto. Ahora entiendo que no me renueven y en su día Aspe entendió que cambiara de empresa.

Pasemos al palmarés. Ha ganado dos veces la Feria de San Fermín y otras dos el Torneo Villa de Zarautz, pero no tiene ninguna txapela ni final de un gran campeonato.

Es lo que hay. En mi caso, el mano a mano y el Cuatro y Medio estaban descartados. Y en el Parejas tuve unos años en los que tomé parte con Asier y con Aimar (los hermanos Olaizola), pero por unas cosas u otras no se dio la oportunidad de disputar ninguna final. Un año jugué unas semifinales junto a Aimar, pero no pudo ser. Tuve buenos compañeros, pero no pudo ser.

¿Le ha dado muchas vueltas al hecho de no haber ganado una txapela?

No. Todos tenemos ilusión por jugar una final, pero, según pasaban los años y no las jugaba, tampoco me comía el tarro. Lo he asimilado. Tuve mis oportunidades y jugué con delanteros buenos, pero no se dio la circunstancia.

Lo que está claro es que los hermanos Olaizola han sido su mejor pareja de baile, sobre todo Aimar, con el que ganó cuatro ferias de verano.

Son dos grandes delanteros y con los grandes siempre se juega a gusto. Me he llevado muy bien con los dos fuera de la cancha y dentro de ella ha sido una gozada jugar con ellos porque los dos juegan un montón.

¿Le han respetado las lesiones?

He tenido pequeñas cosas: un esguince de ligamento con rotura de menisco en un Torneo de San Fermín, problemas de circulación y un neumomediatisno que me impidió jugar un Parejas. Quitando eso, he tenido el típico mal de manos y poco más.

Así que ha sido un privilegiado...

Creo que ha habido gente más privilegiada. Recuerdo que cuando estaba jugando arriba, la circulación me castigó. Me costaba mucho entrenar porque no se me calentaban las manos, pero últimamente he mejorado y apenas he tenido problemas.

Ha jugado estelares y campeonatos, pero también primeros y terceros partidos. ¿Cuál es la diferencia para estar arriba o abajo?

Hubo unos años en los que, sin querer, las cosas me salieron bien. Vienes de abajo, eres joven, la pelota te sale un poco más rápida, siempre hay algún viejo que se tiene que ir y apareces tú... La verdad es que hubo unos años en los que hice las cosas bien, la empresa confió en mi y aproveché las oportunidades que me dieron. Por eso jugué arriba durante unos años.

Los campeones y las figuras se llevan los elogios, pero la pelota no tendría sentido sin pelotaris como usted. ¿Está de acuerdo?

Lo que está claro es que no hay 25 Irujos y Aimares. Solo hay uno. Y como Beloki solo ha habido uno. Y los cuadros de pelotaris se completan con gente todoterreno que da el callo, que juega con ellos o en otros partidos, pero que también son parte de la empresa y forman parte del negocio.

Dice que no hay 25 Irujos ni 25 Aimares. ¿Cuántos Irujos AimaresOtxandorenas

Muchos (risas). Y mejores también (más risas).

¿Qué sueños ha cumplido como pelotari?

Al no ganar txapelas, el principal sueño de todos, lo que más me ha llenado ha sido jugar con toda esa gente buena. Con Titín, Elkoro, Lasa, Eugi, Beloki, Aimar, Irujo... He tenido la suerte de jugar con ellos y contra ellos y la verdad es que ese ha sido mi mayor placer en la pelota.

¿Qué sueños ha dejado sin cumplir?

Si tengo que decir algo, diría ganar una txapela.

¿Qué se lleva de la pelota?

Un montón de buenos ratos y un montón de amigos que van a ser para siempre.

¿Qué le ha quitado?

De joven, un montón de juergas (risas). En serio, no me ha quitado nada. Al margen de la pelota, he hecho de todo porque he tenido tiempo para mí y para la familia. La pelota no me ha privado de nada.

Mañana se enfrentan Aimar e Irujo por un puesto en la final del Cuatro y Medio. Mójese.

Está complicado. Aimar es favorito y ahora parece que ganarle a Aimar está muy complicado. Pero, si hay uno que le puede cascar, ese es Irujo. Creo que va a ser una semifinal muy nivelada. El que esté más inspirado o cometa menos fallos va a ser el que se lleve el gato al agua.

Y un día antes se despide usted. En el Labrit. Si hubiera podido elegir, ¿habría escogido este frontón?

Por supuesto. Como navarro he jugado muy a gusto en Pamplona y, además, es un frontón que siempre me ha gustado mucho.

Por lo menos ahora tendrá más tiempo para dedicar a su familia.

Dentro de lo malo siempre hay algo positivo y ahora podré disfrutar más tiempo de mi mujer, de mis hijos y de otras aficiones a las que antes no podía dedicar demasiadas horas.

¿Qué aficiones?

Soy cazador becadero. Mi mujer siempre dice que le dedico demasiado tiempo a la caza, pero igual ahora le dedico un poco más (risas).