Decía Fernando Vidarte, máximo responsable de Aspe o "el jefe", como le nombró Xala en Irun, cuando el Parejas claudicaba y Abel Barriola tenía varios ligamentos rotos, que "la situación de la empresa es crítica. Necesitamos la final para aliviarla y responder a nuestros compromisos a final de mes". Enviaba esas declaraciones cargadas de intenciones tras descabezar el descorche en materia de finales del frontón Bizkaia. Las sentencias del mandatario unían el salario de final de mes del personal con la decisión tomada por la Liga de Empresas, que evitaba la espera de una semana al leitzarra, honesto pelotari, y colocaban a Beroiz junto a Xala en la batalla por la txapela. Murieron, entonces, la lucha por el pelotari y la oportunidad de hacerse el zaguero con el entorchado que le falta.
Apenas tres meses después de las declaraciones del máximo responsable de Aspe, una vez rota también la oportunidad de Yves en el Parejas, el lapurtarra, reglamento mediante, ha sido descabalgado de la final del Manomanista. "No de cualquier partido, de la final del campeonato más grande", explicaba el lekuindarra. De nuevo, se argumentaron razones médicas, sin embargo, la situación económica de Aspe no ha mejorado en tan poco tiempo y "las apuestas y los ingresos han bajado muchísimo" en un "campeonato muy flojo", analizan fuentes cercanas a la promotora eibarresa. Y es que el corretaje ha caído hasta límites insospechados. Si en principio se esperaba que la apuesta fuera un acicate para las arcas de Aspe, esta no ha respondido a las expectativas creadas en cuanto la crisis ha empezado a agobiar. Con esta premisa, el entramado económico de la empresa -reconocía Vidarte que la recaudación de la final aliviaba los problemas para pagar- se ha tenido que agarrar a las recaudaciones de la final para poder hacer frente al pago religioso de sus empleados. Esas voces apelan a la falta de liquidez de la promotora de Vidarte como una de las razones por las que, de nuevo, la promotora de Eibar ha tenido que postularse a favor de la decisión que tomó la LEP.M y no defender los derechos de su pelotari.
"Las razones de que no se haya aplazado la final son fundamentalmente económicas", desgranan fuentes consultadas por este periódico. Y es que, para la empresa eibarresa, que ya afirmó estar en un bache monetario profundo en un Parejas fértil en materia de público, con la no inclusión del manista lapurtarra en la final se ahorra los honorarios del lekuindarra por disputar el partido y parte de los gastos que tiene que llevar a cabo por la participación de Yves en la batalla por la txapela. Y al decidir su no participación, entre las empresas se ha llegado a un acuerdo en el que se repartirá la caja de la final a medias y, por tanto, Aspe ingresaría el montante sin tener que hacer desembolsos en primas ni en el sueldo que percibiría Yves en el partido.
Asimismo, fuentes cercanas a las promotoras confirman las dificultades de la empresa para afrontar sus obligaciones, por lo que la inyección de dinero limpio de polvo y paja -es decir, inyección económica de pleno beneficio, aunque sean pelotaris de primer nivel como Irujo los que disputen el previo - aliviará los problemas que pueda tener la operadora guipuzcoana de cara al futuro.
Este precedente, centrado más en lo monetario y de negocio puede revertir no solo en Xala, sino en el resto del plantel de pelotaris. Primeros espadas como Irujo, Titín, Barriola, Gonzalez, entre otros, con contratos a la altura de su rendimiento se pueden ver afectados por decisiones empresariales como esta, enmascarada en un frágil criterio deportivo y legislativo.
Uno de los casos más chocantes fue la decisión de no aplazar el duelo por petición de Barriola, que cayó víctima de su pierna y no pudo disputar la txapela. Aspe no peleó la decisión por criterios económicos -también señaló la LEP. M que no era segura su presencia en la final al 100% aunque se hubiera aplazado el partido, tal y como hicieron con Xala- y Beroiz tomó las riendas de la final sin haber entrado en juego.
Abel cayó y calló tras la decisión de la LEP. M, amparada por la resolución de Fernando Vidarte, que fue el primero en decidir que el encuentro del pasado 17 de abril se iba a jugar sin ningún tiempo de espera para valorar el estado del leitzarra.
De nuevo apelando a criterios deportivos, un lío entre médicos ha desembocado en el ninguneo a Xala. Explicaba el manista, acompañado por los doctores que le trataron en Baiona Issadi y Claracq, que en ningún momento el doctor Pedro Otazua, en el que se escudan para decir que el lapurtarra no estará en condiciones para jugar el 3 de julio, ha valorado el estado físico de Xala. Así como la manera en la que se ha desviado la propuesta de Txema Urrutia, médico de Aspe, que hizo público que existía un plan para que llegara de manera óptima a la primera semana de julio. No obstante, la promotora evitó la decisión de su galeno para pedir la opinión de un especialista en problemas gastrointestinales que no conocía el estado personal de Yves, ya que jamás se acercó a explorarle. Con este dudoso entramado, en el que el médico que valoró la situación delante de la LEP.M fue un doctor ajeno al estado del lapurtarra desoyendo las explicaciones pertinentes del doctor interino, pone contra las cuerdas el criterio médico exhibido. "Si alguien dice que Yves no puede estar para el 3 julio, miente", decía Issadi.
desprenderse de pelotaris Otro de los factores que determina el mal estado de las arcas de Aspe es la necesidad de desprenderse de Beroiz e Idoate, este último tras completar un Manomanista impecable. El de Huarte, que ha acabado recalando en Asegarce -a río revuelto, ganancia de pescadores-, y el chantreano fueron tocados por la operadora bilbaina, que acabó por llevarse al zaguero a sus filas; mientras que el delantero prefirió continuar con la promotora de Eibar. De este modo, Vidarte se ahorra la nómina de una de las joyas jóvenes del plantel profesional.
También movió ficha la promotora al no renovar los contratos a pelotaris como Asier Berasaluze, Rober Uriarte, Urberuaga, Fernando Goñi, Martínez de Eulate, Xabier Galarza, Alberto del Rey, Ismael Chafee. Cuando las barbas de tu vecino veas pelar...