donostia. Patxi Ruiz evidenció una leve mejoría con respecto a su estreno en el Cuatro y Medio, progreso que le valió para acceder a los cuartos de final. Será Juan Martínez de Irujo su próximo rival y es más que probable que el estellés encuentre en el delantero de Ibero un grado menor de candidez que la exhibida por su rival de ayer, Aritz Lasa. El guipuzcoano no aprovechó el factor cancha -por segunda eliminatoria consecutiva actuó en el frontón Ederrena de su localidad natal, Urretxu- y concedió demasiados regalos. La mitad de los 22 tantos que le valieron a Ruiz para escalar otro peldaño en la escalera de la jaula llegaron producto de errores, casi todos ellos en acciones ofensivas. Una tara monumental de la que su oponente, que tampoco estuvo excesivamente fino, sacó tajada.

Cometió Patxi Ruiz cuatro faltas de saque en la primera eliminatoria del acotado -contra Mikel Olaetxea- y ayer redujo la cifra a la mitad. Se trata de la parte positiva de su actuación frente a Aritz Lasa, como también lo fue su fortaleza mental -no se vino abajo nunca, ni siquiera cuando se vio por detrás en el marcador-, su habilidad para manejarse en la fase decisiva del encuentro y el acierto con el disparo inicial -logró cinco tantos directos con el saque, arma con la que cerró la contienda-. En su debe, los ocho errores que cometió, algunos de ellos en momentos decisivos que complicaron su victoria de manera innecesaria.

El estellés arrancó con seguridad. Pese a que, de salida, su zurda no respondió (0-1), después se aprovechó de los errores de su rival y de su acierto en el remate -firmó un gancho más propio de un delantero que de un zaguero- para tomar el mando en el electrónico (5-2). Pero a Patxi Ruiz le gustan los retos difíciles. Dos fallos reengancharon a Aritz Lasa (4-5), que empató después con una buena dejada al ancho. Insatisfecho con la igualada, el urretxuarra insufló el aliento de la grada, siempre a su favor por eso de jugar en casa, y pegó un peligroso estirón (5-9). A Ruiz se le escapaba el tren de la victoria y pasó al ataque. Dio un par de pasos al frente, probó fortuna con el juego de aire y encontró el rédito deseado (6-9). Pero fue un espejismo, porque Lasa volvió a escaparse (6-11) merced a una descomunal defensa -que terminó con la ovación de su público y su rival literalmente atropellado- y al único tanto de saque que logró en toda la tarde.

fortaleza mental El momento más crítico del partido lo convirtió Patxi Ruiz en el punto de inflexión. Los errores de Lasa y su insistencia le permitieron acortar distancias (9-11). La remontada estaba en marcha, pero se paralizó por culpa de una inoportuna falta de saque -el estellés envió la pelota a la chapa-. Fue un breve paréntesis, porque Ruiz selló la igualada instantes después tras encadenar dos tantos de saque consecutivos (14-14), un abrazo que se repitió en tres ocasiones más (a 15, 17 y 18, este último por la segunda falta de saque del estellés).

Con ambos pelotaris a cuatro tantos de los cuartos de final, divisando ya en el horizonte a su próximo rival, Juan Martínez de Irujo, comenzaba un nuevo partido. Aritz Lasa tenía el saque y trató de aprovecharlo. Pero pecó de impaciente y envió un gancho a la contracancha con todo a su favor para tomar la iniciativa. Sin embargo, se la cedió a Ruiz. Una pasa del guipuzcoano -se excedió con un sotamano defensivo-, una volea del estellés y un tanto de saque pusieron fin al encuentro más peloteado del campeonato, pero también el de más errores. Eso sí, Patxi Ruiz salió victorioso.