Duración 47 minutos; 18 de juego real.
Saques 1 de Irujo y 1 de Olaizola I (que también cometió 1 falta por pasa).
Pelotazos Se cruzaron 353 pelotazos a buena.
Tantos en juego 14 de Irujo y 5 de Olaizola I.
Errores 5 de Irujo, 2 de Beroiz, 5 de Olaizola I y 1 de Patxi Ruiz.
Marcador 1-0, 1-1, 1-2, 2-2, 11-2, 11-3, 13-3, 13-4, 16-4, 16-9, 18-9, 18-11, 20-11, 20-13 y 22-13.
Incidencias Casi lleno en el frontón Labrit. De salida se cantaron posturas de 100 a 25 favorables a Irujo y Beroiz. Ejercieron de botilleros Jokin Etxaniz (con Irujo y Beroiz) y Roberto García Ariño (con Olaizola I y Patxi Ruiz).
donostia. Tuvo que descorcharse, aromatizar con su mejor paleta de remates, obligado a imponer su jerarquía, a mostrar su exuberante ascendente, a guiar a su imberbe zaguero por el sinuoso entramado del Parejas Martínez de Irujo, que completó un demoledor ejercicio de pelota en el Labrit de Iruñea para conquistar su primera victoria del campeonato junto a Beroiz, titubeante en su estreno ante Olaizola I y Patxi Ruiz, que no le tomaron el pulso al duelo cuando éste lo requería. Para cuando Asier y el de Lizarra asomaron en la pelea, Juan y Beroiz eran inalcanzables. Se encontraban en otra dimensión después de que el campeón Manomanista se entregara con devoción al hedonismo, a los placeres que otorgan los remates redondos, los que coronan a los mejores. Enlazó el de Ibero una tacada de 10 tantos consecutivos -se pasó del 1-2 favorable a Asier y Patxi a un 11-2 para Martínez de Irujo y Beroiz en el tiempo que transcurre en una caída de ojos- que dejó a sus oponentes tiesos y mudos.
Trató de sobreponerse con dignidad el delantero de Goizueta y se cobró alguno buenos remates, pero penó defendiendo en el ancho, donde Juan encontró un filón con el gancho y con las aperturas. Cargaba con intención y velocidad el delantero de Ibero, que buscó incesantemente el protagonismo sabedor de que a Beroiz el reto le estaba enredando el sistema nervioso. Se resbaló en varias ocasiones el de Huarte, más agarrotado que de lo que acostumbra. Así que Martínez de Irujo, pleno de potencia, acudió al rescate. A lomos de su flujo creador percutió con saña sobre las posiciones de ataque, alejando en lo posible el foco del conflicto de la zona de influencia de su compañero de aventuras.
Gobernado el pálpito del duelo con el joystick que funciona igualmente para las posturas de aire que para el juego a bote, un punto relajado, el de Ibero dejó que entrara algo de aire en el claustrofóbico sótano de Olaizola I y Patxi Ruiz, que en una buena racha de Asier lograron aplicar algo de cosmética a su proposición, y lograron arañar tímidamente la carrocería del blindado en el que circulaban Irujo y Beroiz hacia sin apenas sobresaltos. No los necesitaba el zaguero de Huarte, al que incluso le costó recuperar el gesto una vez concluido un duelo que solventó un espumoso Irujo con su descorche.