Las 160 reses que constituían la histórica —ya existía en 1897— ganadería de ganado bravo Lastur, con finca en el barrio de Olatz de Mutriku, escenario del disgusto, han sido sacrificadas.

La normativa europea relativa a la sanidad animal, contempla el vaciado sanitario y no caben interpretaciones, como pretendían las gentes de la extrema derecha salmantina, hace unos meses, manipulando a unos indignados ganaderos que, mostraban su desacuerdo, cuando en el matadero no veían las secuelas de la enfermedad, en animales que habían dado positivo a la prueba de Mantoux.

En Gipuzkoa, todo el ganado está exento de tuberculosis, gracias al esfuerzo de los ganaderos, veterinarios e instituciones, durante muchos años. Nuestros euros nos vienen costando. Somos los que más invertimos en proporción al número de cabezas de ganado mayor en todo el Estado, más de tres millones anuales. Ahora falta un esfuercito en el control de corzos y jabalíes, vectores de la enfermedad.

Quizás, el ganadero, lo del título nobiliario Marqués de Saka es pura retórica, haya congelado los óvulos a las vacas y los testículos de los sementales, práctica relativamente habitual en ese tipo de explotaciones con los ejemplares campeones y, en tres o cuatro años, pueda reconstruir su ganadería.

También es posible, que recurra a la adquisición de ejemplares en otras ganaderías cercanas de Gipuzkoa o Navarra.

Casta navarra

Es la más antigua de las siete castas fundacionales de la raza del toro de lidia, era uno de los argumentos de Lauran Busca Isusi, para sostener que, el toreo a pie, nació precisamente en Euskal Herria.

La primera ganadería para proveer de animales a los festejos taurinos del entorno, de una manera profesionalizada se sitúa en 1670 en Corella, en la finca del noble navarro Joaquín Antonio de Beaumont de Navarra y Ezcurra, “Marqués de Santacara”, que sí era marqués de verdad y la conformaban un lote de vacas bravas que pastaban en libertad, en paraje donde confluyen los ríos Aragón y Ebro.

Naturalmente, existían otros ganaderos que explotaban vacas y toros de parecidas características alrededor de las Bardenas Reales, norte de Zaragoza, llegando hasta Gipuzkoa, especialmente para la producción de bueyes para el trabajo y, en menor medida para el abasto, y que, se utilizaban en los numerosos festejos, coincidiendo con las fiestas locales y otros acontecimientos reseñables que, se celebraban con la lidia por profesionales o para correrlos, para solaz y recreo de los jóvenes.

Toros de casta navarra pastan en Mutriku Jabi Leon

Al evolucionar los cánones del toreo, a comienzos del siglo XX, por la influencia de Joselito y Belmonte, este tipo de toro bravo, de mucho nervio, que apenas permitía lucirse a los toreros, fue expulsado de los ruedos y “condenado” a los festejos populares, porque los empresarios optaron por encastes más templados, que ofrecían más espectáculo.

Las dos grandes ganaderías de casta navarra fueron la de Joaquín Zalduendo, creada en 1774 y que permaneció en pureza hasta 1939, en la actualidad sólo conserva el nombre, y la del tudelano Tadeo Guendulain Masterrena que, en 1850 la adquirió el industrial y banquero pamplonés, Nazario Carriquirri Ibarnegaray en sociedad con el conde de Espoz y Mina.

Los famosos carriquirris que sembraron el terror entre los lidiadores y emoción en los tendidos, por su poco peso y tamaño, lo que les confería una gran movilidad. Se estrenaron en los sanfermines de 1852, haciendo historia y en Madrid en 1864. Hoy, salvo el nombre, ha desaparecido el encaste.

Ante el peligro de desaparición de este ganado tan singular, el Gobierno de Navarra, con la colaboración de las cátedras de Genética de la Facultad de Veterinaria zaragozana y la de Producciones de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Pamplona (Dr. Purroy Unanua), puso en marcha en 1998 un plan para su recuperación y conservación, que, con el apoyo decidido de un grupo de ganaderos, entre ellos el veterinario y ganadero, Miguel Reta Azcona, comienza a dar sus frutos.

En 2020 en el Libro Genealógico de la Raza Bovina de Lidia se reconoce treinta y cuatro ganaderías de casta navarra, doce de las cuales se encuentran en la Comunidad de Navarra y el resto en Gipuzkoa, Aragón y Valencia. 

USAID

Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Hasta la semana pasada, era una institución modélica, independiente y altruista que luchaba, incansablemente, por llevar la libertad y la democracia al mundo a través de ayudas al desarrollo. O por lo menos, eso decía la propaganda de EEUU y lo que teníamos que creer, los ciudadanos occidentales. Ahora nos dicen Trump y Musk, que se trata de antro de delincuentes, una organización siniestra encargada de hacer el trabajo sucio al Departamento de Estado. Las cloacas del servicio exterior estadounidense.

Así que, todo lo que la propaganda de Washington nos dijo, los medios de desinformación se hacían eco y los tontitos nos creímos era mentira y todo lo que denunciaban desde Latinoamérica y otras partes del mundo, marxistas y bolivarianos, sobre lo siniestro de ese reputado engendro estadounidense era verdad.

Son sorpresas que se repiten cuando se trata de EEUU. Lo comprobamos cuando se desclasifican documentos. Algo impensable en España, pero, por nuestro bien, claro. Dijeron que eran ajenos al Golpe en Chile en 1973 y al acceder a los documentos, se comprueba que fueron los organizadores.

Y uno se pregunta qué hacer a partir de ahora. Es sencillo. Cambiar el chip y listo. No procede ni está bien visto por el establishment, sentirse indignado, para no levantar sospechas. Como mucho, sonreír condescendiente, cuando los mandamases se preguntan por la rentabilidad de las millonadas repartidas. El tema es interesante y puede afectar aquí cerca. Amanecerá y escribiremos.

Hoy domingo

Arroz Lore, negro, con verduritas y chipirones. Lubina al horno, patatitas panadera. Naranja. Tinto Arabarte. Agua del Añarbe. Café y petit fours de Casa Vidaurre de Olite, por gentileza de un bienhechor.