Saneamiento ganadero. Cuando en 1965 se contempló la campaña de lucha contra la enfermedad animal en España, en la mayor parte de Europa occidental estaba erradicada.

El diagnóstico para todas las especies es el mismo: la prueba de Mantoux o la tuberculina, barata, sencilla y fiable. Son raros los falsos positivos. A los humanos positivos se les somete a tratamiento y seguimiento. En el ganado se impone sacrificio en el plazo de tres meses. Salvo casos excepcionales, la carne es apta para el consumo.

Es muy frustrante para los ganaderos y para los propios veterinarios comprobar en el momento del sacrificio del animal positivo la ausencia de lesiones macroscópicas. He vivido en primera persona esa situación y sus consecuencias, cuando realizamos la campaña de saneamiento ganadero a partir de 1980. Fue largo, doloroso y costoso, muy costoso, el camino hasta conseguir erradicar la enfermedad y ser declarados “exentos de tuberculosis”.

La tuberculosis o TB es una zoonosis causada por un grupo de bacterias agrupadas en el complejo Mycobacterium tuberculosis que afectan a los pulmones, pero también pueden hacerlo a otros órganos: los riñones, la columna vertebral y el cerebro. No todos los mamíferos infectados por estas bacterias enferman, ni presentan lesiones visibles. Existe la infección latente. Si no se trata, puede ser mortal. Es la principal enfermedad transmisible de las vías respiratorias que amenaza la salud pública, cuya mortalidad en 2020 sólo ha sido superada por el covid-19. La tuberculosis humana ha discurrido en paralelo con la de los bóvidos, desde siempre. Era normal que una persona enferma en el caserío contagiara a su ganado y viceversa.

Las bacterias se transmiten de un paciente a otro por el aire y afecta a los que se encuentran alrededor o por ingestión de la leche cruda. Está presente en las personas, bóvidos, cérvidos, camélidos y bisontes. Los jabalíes o los tejones no la padecen, pero son reservorios y la transmiten, siendo, junto con los cérvidos, un peligro potencial para los rebaños en régimen extensivo.

En humana, sólo existe una vacuna eficaz desde 1925, la Bacille Calmette-Guérin (BCG), que desde 1974 se administra a más de cien millones de niños cada año en todo el mundo y les confiere protección, aunque no absoluta, frente a algunas formas de la enfermedad.

Vitigudino

Muy posiblemente, la mayoría de los lectores nunca habrán oído, siquiera nombrar, a la bella y recomendable localidad salmantina, de solariegas casas y hermosa iglesia parroquial. La conocí hace unos años en una excursión por carreteras secundarias, procedente de Zamora, un martes de feria. El cocinero del café Casino se formó en el Akelarre donostiarra y debió ser un buen alumno, porque doy fe del nivel de su cocina, de su bodega, de sus conocimientos gastronómicos y amabilidad.

Los aficionados taurinos recordamos a uno de sus hijos preclaros, Santiago Martín, El Viti, representante de la seriedad y tradición neoclásica de la tauromaquia, de su singular estilo en su toreo al natural, consecuencia de la secuela de una lesión mal curada en el brazo izquierdo.

La historia nos habla de un motín de los habitantes de Vitigudino el 13 de octubre de 1920, promovido por los anarquistas, para impedir la salida de cereales y garbanzos del pueblo, mientras el vecindario padecía la hambruna. Se solucionó pacíficamente, aplicando el sentido común y capacidad de diálogo del gobernador civil, el alcalde de la villa y los representantes vecinales.

El segundo motín, promovido por los fascistas y la cuernocracia (Unamuno dixit) hace unas semanas en la misma localidad, declarada “zona de especial incidencia de la tuberculosis bovina”, que alberga la mayor densidad de ganado bravo del mundo, no parece tener una solución a corto plazo y se extiende a Extremadura y Andalucía.

Los ganaderos salmantinos, agrupados en la Unión por la Ganadería de Salamanca, por cierto, ¿quién paga el tóner?, protestan por los malos resultados de la campaña de saneamiento ganadero, culpando a la fauna silvestre –algo de razón tienen– y a los veterinarios que aplican la legislación europea que, en otras latitudes –incluyendo el resto de provincias castellanas– se aplicó, hasta erradicar la zoonosis.

Se procuró que el motín comenzara en vísperas de las elecciones del 28-M, para que el vicepresidente del Gobierno regional, Juan García-Gallardo (Vox) y su consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas (Vox), atendiendo a los amotinados, decidiera “flexibilizar” la normativa europea, diferenciando el ganado extensivo del intensivo. Ni se contempla ni es competente. La resolución fue fulminada por el Ministerio.

Ahora, el dueto Mañueco–García Gallardo culpa de los resultados al contubernio de Sánchez, bolivarianos y bildutarras, mientras que un centenar de ganaderos, henchidos de testosterona, enarbolando rojigualdas, intentó asaltar las oficinas de Sanidad Animal salmantinas, exigiendo el cese del veterinario responsable.

Son las consecuencias de mezclar la ignorancia y el cabreo lógico de un sector, con el populismo más rancio y casposo para, procurándose unos votos, atentar contra la salud, la ciencia y el sentido común. Un estúpido proceder que padeceremos en los próximos años si la ciudadanía responsable no lo remedia el 23-J, y que ha proporcionado excelentes resultados a la derechona cavernaria.

Con independencia de las repercusiones para la salud pública por su riesgo de contagio a las personas, cabe la posibilidad de echar por la borda todos los logros conseguidos hasta la fecha. Sin olvidar las pérdidas por la inmovilización del ganado en la provincia más ganadera y el daño infligido a la confianza del consumidor sobre un producto alimentario básico, como es la carne de vacuno, cuya salubridad se pone en tela de juicio.

Hoy domingo

Tomate en ensalada. Carrilleras en salsa. Cerezas. Tinto Flor de Vetus de Toro. Café. Petits fours.