El actual modo de elección del Consejo General del Poder Judicial es un pequeño parche para que el órgano de gobierno de los jueces se parezca algo a lo que ideológicamente piensa un país

i en las elecciones generales solo votaran jueces y juezas lo más probable es que la derecha copara con mayoría cualificada el Congreso de los Diputados. Aquí mismo, si las únicas con derecho al sufragio fueran las 70 y pico togadas señorías que administran justicia en la Comunidad Foral, poca duda hay de que la representación se parecería bastante poco a la actual de nuestro Parlamento y Javier Esparza llevaría años de cómodo gobierno. Quizás no sea un fenómeno exclusivamente hispano el hecho de que la judicatura suela estar mucho más a la derecha de la sociedad a la que debe servir. Tanto aquí como en Sebastopol, parece que el oficio de juez/a, en general, lleva impreso el innato conservadurismo de las personas de orden. Pero ello no tiene necesariamente que constituir un problema si los y las profesionales del ramo se dejan su ideología en casa en el momento de impartir esa Justicia que se supone tiene que ser imparcial. En el estándar europeo parece que eso en general es así. En el Reino de España, da la impresión de que no tanto. Nuestras hemerotecas están repletas de sentencias ideológicamente sonrojantes y autos políticamente escandalosos. La transición dejó intacto el aparato judicial franquista y eso se sigue notando cuatro décadas después. El actual modo de elección del Consejo General del Poder Judicial es un pequeño parche para que el órgano de gobierno de los jueces se parezca algo a lo que ideológicamente piensa un país. Una parte no desdeñable de la judicatura, sin embargo, se alinea militantemente con Casado y Abascal como hooligans con su equipo. Y eso sí que es un problema. Lo dijo el otro día Enrique López, consejero de justicia de la Comunidad de Madrid y exmiembro del Tribunal Constitucional: "El PP tiene el apoyo de la mayoría de la carrera judicial". Sorprende la falta de vergüenza, porque por lo demás, lo sabíamos de sobra.