ientras algunos países estudian cargar el coste de la pandemia del covid (en términos meramente económicos) a las empresas, como Gran Bretaña (subirá el impuesto de sociedades del 19% al 24%), otros prefieren que los paganos sean los de siempre, la clase media-baja, sobre todo después de que la economía estatal esté abocada a la "recesión", según auguran los expertos, en este primer trimestre. Razón por la que, sin haber escapado aún de sus devastadores efectos, muchos se afanan en capear el temporal y se ven obligados a hacer números para llegar a final de mes. Esto también evidencia que, quizás, la economía doméstica (que la continua bajada del euríbor exima a muchos hipotecados del pago de intereses o que la subida de la tarifa de la luz ahogue a muchas familias, por poner dos ejemplos contrapuestos) se valore más que la de los grandes números (esos cuantiosos beneficios de las entidades financieras que tanto exasperan a sus clientes, por citar un caso), porque es la que afecta más directamente a los bolsillos de cada uno. Aunque, como es lógico, una también influye en la otra. En cualquier caso, los consejos que nos ofrecen desde las asociaciones de consumidores nunca vienen mal para hacer frente a esas dificultades que se presentan cuando menos te lo esperas.