a decisión del Gobierno central de incluir al lobo en el Listado de Especies de Protección Especial (Lespre), que abre la puerta para la prohibición total de su caza, ha provocado malestar y mucho miedo entre diferentes colectivos de ganaderos, caso del sindicato Enba en Euskadi, que ven la medida como un "ataque" a la ganadería extensiva y al mundo rural. Literalmente, denuncian que esta decisión supone "un verdadero cañonazo contra la línea de flotación de la ganadería extensiva, tanto ovina como bovina, y contra las políticas para evitar el despoblamiento rural". Lamentan que, en un momento en el que, según informes de diferentes expertos, "la población del lobo en la península ibérica es claramente ascendente, se encuentra en un estado de conservación favorable y no corre ningún riesgo de extinción" la medida tiene más contras que pros para un sector que se queda indefenso ante los ataques. Por el contrario, quienes apoyan la protección, aseguran que esta decisión no exime del "control selectivo ante ejemplares que causen daños continuados". En cualquier caso, el turrón está ya montado y habrá que ver quién lleva razón. De momento, los ganaderos ya gritan asustados aquello de "'¡Que viene el lobo!" y no parece que vayan de farol como el pastor del cuento.