demás de la Real (en Anoeta ya no aguantaban sus desplantes), ¿quién ansiaba que se cerrara la operación de Willian José con el Wolverhampton? Es obvio, el club deportivo uruguayo Maldonado, que pertenece a un fondo de inversión cuyo único propósito es ganar dinero. El objetivo de la sociedad gestora responsable de su administración, que ostenta el 30% de los derechos federativos del brasileño, no es otro que obtener réditos de las operaciones en las que se vea involucrado el por el momento jugador del club txuri-urdin (en el caso de que el club inglés haga efectiva la opción de compra sobre Willian, se embolsará 7,5 millones de euros, mientras que 17,5 millones irían a parar a las arcas de la Real). Estos fondos solo miran por su beneficio, y si al año siguiente Willian es traspasado a otra entidad, más rendimiento obtendrá. En el fútbol hasta hace unos años era rara su presencia, pero está claro que olieron el negocio. Y ahora han descubierto otro sector, el de la música. La pandemia del coronavirus, como en casi todo, ha hecho mella entre los grandes artistas internacionales, que para sobrevivir a la crisis están vendiendo sus derechos de autor a fondos de inversión. La última en caer en sus redes ha sido Shakira, pero antes lo hicieron otros como Bob Dylan o Neil Young. El dinero llama al dinero.