on motivo del quinto aniversario de Tabakalera, el centro acogerá este sábado el estreno en blanco y negro de la oscarizada Parásitos, del coreano Bong Joon-ho. No es la primera vez que el cineasta hace algo así, Ya lo hizo con Mother, que también pasó por el Festival, como casi todas las cintas del surcoreano. Vamos, que a Bong Joon-ho, lo de darle una estética de cine clásico a su trabajo, aunque sea mediante el cromatismo, le pone. Me encanta, soy super fan. Aunque ojalá hubiese hecho como Philippe Garrel y hubiese convertido esta característica en su marca autoral. El responsable de Memories of murder se ha sumado al carro de otros cineastas que, en los últimos tiempos, han decidido retocar sus obras de la misma manera -Miller con Mad Max y Darabont con La niebla, entre otros-, algo que no es exclusivo de las más recientes generaciones. Si no, que se lo pregunten a Lucas o, más recientemente, a Coppola, que tras volver a montar Apocalypse Now, ahora va a hacer lo propio con la tercera parte de El Padrino. Soy de los que opinan que las películas son concebidas para ser de una manera y a menos que haya una mano negra que impida al autor imprimir su mirada, la cinta debe quedarse como está. ¿Por qué tanto fascismo? Porque en el momento en el que una obra se exhibe, pasa a ser del público.