as risas ya se han tornando en medias sonrisas; las bromas comienzan a diluirse; el pasotismo generalizado inicial se ha convertido en una situación de alerta y ya se están tomando en serio las medidas de prevención; incluso se aprecian inoportunos arrebatos de histeria... El coronavirus ya está aquí. Sí, ya lo estaba desde hace tiempo, por supuesto. Pero hasta hace nada quien más quien menos lo veía como algo lejano€ algo que ni a ti ni a mí nos podía llegar a afectar. Y de repente, casi sin darnos cuenta, hemos pasado a no darnos besos, evitar el contacto, eludir el transporte público, huir de las zonas masificadas... y encontrarnos en un inesperado estado de alarma. Lo que era una epidemia ha pasado a declararse por la OMS como una pandemia global hace unos días. Y desde entonces cada vez son más comunes las imágenes de los supermercados con sus baldas vacías; el uso de las mascarillas se ha multiplicado, sobre todo en los lugares más transitados; en numerosas empresas ya se trabaja desde casa; se han suspendido eventos de todo tipo€ Por lo tanto, lo mejor que podemos hacer es seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias porque, tal y como ya han advertido, esto va para largo. Y es muy serio. Hagan caso: prevención y responsabilidad. En esta lucha estamos todos.