Gigante de la comunicación que acaba de hacerse a un lado: Como no podía ser de otro modo, ha mantenido su grandeza hasta sus últimos segundos en antena. La despedida, en la que mantuvo el tipo echando mano de todas sus tablas, fue sencillamente antológica. “Les deseo tiempos de menor crispación, de más justicia y de más felicidad. Muy buenas noches y hasta siempre”, dijo antes de que entraran los créditos que rubricaban nada menos que 50 años en la profesión. Luego llegó, ya en off, el interminable emocionado aplauso de quienes han sido sus compañeras y sus compañeros en esta última época en Telecinco. Eso nos da una idea de su categoría humana, incluso por encima de la profesional, que ya es decir. En una profesión llena de egos con elefantiasis, se agradece su forma de ser.