Pastor alemán recién expulsado de la Casa Blanca: Dice el clásico periodístico que no es noticia que un perro muerda a una persona, pero en su caso, parece que no se ha cumplido la sentencia. También es verdad que, según ha transcendido, sus mandíbulas no han hecho presa sobre carne humana una vez sino, por lo menos, once. Vamos, que es reincidente en la acción de morder y también en la elección de las víctimas, que en todos los casos han sido agentes del servicio secreto que velan por la seguridad del presidente Joe Biden. Más de uno ha acabado en el hospital. Alguien debería estudiar esa fijación... si es que lo es, porque quizá sea simplemente que hace bien su trabajo de guardián del llamado “líder del mundo libre”.