ABRACADABRANTE

– Uno de los episodios más abracadabrantes del serial que empezó tras las elecciones del 23 de julio es el de la persecución del PP al PNV por tierra, mar y aire para que los jeltzales propiciasen con sus cinco votos la investidura de Alberto Núñez Feijóo. El simple hecho de plantearse que tal circunstancia fuera posible va más allá de la candidez, pero sobre todo, de la capacidad de análisis de la situación política actual. Ni como broma pesada se puede contemplar que el PNV, por muy transversalmente pactista que sea su trayectoria, se vaya a suicidar pactando con un PP que lleva a la chepa a Vox, un partido no ya de extrema derecha, sino apestando a fascio populachero y que, por demás, propugna a voz en grito la ilegalización de la formación que lidera Andoni Ortuzar.

Aquel Guasap

– Toda esta ficción lisérgica debió haberse acabado, de hecho, cuando, creo recordar que el mismo lunes después de los comicios, el mentado presidente del EBB contestó a un apremiante guasap de Feijóo diciéndole que no tenía tiempo de charlar con él, y el desparpajudo gallego tuvo el desahogo de convertir esa clarísima cobra en un titular que engolfó por igual a los medios de la derecha española y la izquierda patriótica vasca: “Feijóo asegura que ha abierto ya una vía de negociación con el PNV”. Que si quiere bolsa. Total, que tuvo que salir Ortuzar a aclarar que ni conversaciones ni gaitas. Con el PP voxizado no había nada que hablar. Punto pelota.

Como el monaguillo

– Pues no. La diestra mediática seguía con la mandanga aritmética y Alberto Errequeerre ha seguido insistiendo como el monaguillo del chiste. Hasta le llamó al lehendakari, que, con su legendaria mano izquierda, le recordó que no es con él con quien se negocian estas cosas, aunque si fuera, la respuesta seguiría siendo noooooooo. Pero eso tampoco surtió efecto. El mesías devenido en pedigüeño siguió dando la vara y consiguió, según supimos hace unas horas, que Ortuzar le escuchara como todos hemos escuchado alguna vez a ese conocido (que no amigo) pasado de gintonics que te llora las penas de Murcia o, en este caso, las de Génova o las de Moncloa.

Nada que hacer

– Espero que todo este culebrón acabase ayer. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, se avino a reunirse con la portavoz del PP (en su calidad de tal, no como número dos de su partido) para tratar de cerrar esta tragicomedia bufa de una pajolera vez. O sea, para dejarle meridianamente claro que nada puede hacer que el PNV apoye a Feijóo. ¡Copón! l