Enorme trovador asesinado hace 50 años por los sanguinarios pinochetistas: Cantaba usted que la vida puede ser eterna en cinco minutos, así que tendremos que dar por bueno que haya tenido que pasar medio siglo para que fueran condenados a penas de prisión los siete esbirros del dictador que lo secuestraron, condujeron al estadio Chile y lo mataran a balazos (¡tenía 44 impactos!) después de haberlo torturado salvajemente, como a miles de sus compatriotas. Uno de los matarifes, de nombre Hernán Chacón, se pegó un tiro en la boca antes de que llegaran los agentes a arrestarlo. Los otros pasarán un tiempo en la trena, disfrutando, eso sí, de las garantías democráticas que le negaron a usted. Al menos, no se irán de rositas.