Calamidad política: Caray con los sabios politólogos y britanólogos que nos la presentaron como la reencarnación de Margaret Thatcher. Mire que no simpatizo ni media migaja con la difunta Dama de Hierro, pero lo que está demostrando en sus primeras semanas como inquilina del 10 de Downing Street es que no le llega ni al tacón. ¡Es que está haciendo añorar a Boris Johnson, echado a patadas hace nada! Leo y escucho ahora que los mismos chacales de su partido que la auparon quieren cargársela antes de Navidad. Echando cuentas, todavía quedan dos meses y medio. Con la capacidad para el desastre que ha acreditado, es posible que para entonces se haya terminado de cargar la economía de las islas y lo que le pongan por delante.