Llegan refuerzos al retén que defiende el inalienable derecho del emérito a darse un rule a Londres para asistir al fin de la gira del féretro de Isabel II. “Pues claro”, se enfervoriza Luis María Anson desde su parcelita en La Razón. En la letra menuda, la imprescindible alusión al rojerío gobernante: “Por supuesto, al Gobierno de Frente Popular que padecemos no le puede gustar que acuda a Londres el hombre al que han perseguido encarnizadamente. Gobierno, por cierto, que no ha reconocido la circunstancia de que la Justicia más independiente de Europa, la suiza, representada por un fiscal de izquierdas, Yves Bertossa, le haya exonerado del menor indicio de delito. Y que la Justicia española, pilotada por una fiscal de extrema izquierda, tras investigar los ocho años en que Don Juan Carlos carecía de inviolabilidad, le haya exonerado también del menor indicio de delito”.

"Los enemigos de la Monarquía, enquistados en el corazón del Gobierno, aprovechan cualquier ocasión para atacar a la institución"

Abel Hernández

Unas páginas atrás en el mismo diario azulón, Abel Hernández celebra la victoria del campechano y aprovecha el viaje para hacer campaña por su regreso: “Al final se impone el buen sentido y el Rey Juan Carlos, acompañado de la Reina Sofía, asistirá al funeral de la reina Isabel de Inglaterra, pariente lejana suya. Los enemigos de la Monarquía, enquistados en el corazón del Gobierno, aprovechan cualquier ocasión para atacar a la institución, impulsados por su sueño republicano. Sorprende que en este caso haya tantos incautos que favorezcan la infame campaña contra el viejo rey desterrado”.

Y miren, no es costumbre de esta sección un segundo entrecomillado de la misma pieza, pero hago un excepción para repicarles un párrafo en el que Hernández parece señalar a muchos de los que salen en la docuserie ‘Salvar al rey’: “Los mismos que fueron testigos directos, algunos de ellos privilegiados, de su histórico reinado y que miraron para otro lado y le jalearon cuando conocieron sus debilidades humanas, se vuelven ahora contra él de manera indigna y desproporcionada. Da vergüenza tanta ingratitud. Y hasta un poco de asco”.

"Afortunadamente nos quedan los británicos para poner a los Reyes en su sitio"

Carlos Herrera

Se libra de esa imputación nuestro próximo suministrador. Carlos Herrera jamás ha dejado de dar lustre con la lengua y con la pluma al Borbón mayor. Y ahí sigue. Hoy, guerreando a favor de la presencia del tipo en el regio entierro: “Resulta inconveniente para algunos que Juan Carlos acuda a despedir a su prima Lilibeth, a quien tan unido se sentía a pesar de los desencuentros inevitables por mor de Gibraltar y alguna que otra cosa. ¿No puede un hombre sin ataduras legales en parte alguna moverse por el mundo para asistir al sepelio de un pariente? ¿Qué clase de país es este en el que resulta un conflicto que acuda a un funeral un primo de la difunta? Afortunadamente nos quedan los británicos para poner a los Reyes en su sitio”. Ojo a esa última frase, que Juan Carlos tiene una causa judicial pendiente en las islas, a ver si es ahí donde le ponen en su sitio.

El director del vetusto diario, Julián Quirós, encuentra el modo de unir la sentencia de los ERE andaluces con la presencia del abdicado en Wetsminster: “Si estamos hablando de ética o de escándalo, el secretario general del partido que acaba de ser condenado por la sustracción de 680 millones de dinero público no podría asistir ni a los congresos de la Internacional Socialista”.

"El Zinemaldia blanquea el terrorismo"

Como guinda fuera del asunto anterior, les traigo un delirio sobre ese nido de rojoseparatistas que es el Zinemaldia. Se trata de una columna de Fernando Palmero en El Mundo que es un despropósito de cabo a rabo. Para que se hagan una idea, incluye una reseña biográfica de Jonan Fernández (¡¡¡!!!). La cosa termina así: “Quizá por eso, la Agencia 2030 vasca ha incluido un objetivo particular, que también debe hacer suyo el Festival de San Sebastián, que «consiste en la elaboración y difusión internacional de una ponencia que ofrece una serie de aprendizajes que cabe extraer del caso vasco en materia de prevención de la violencia y protección de la paz». Esto es, el modelo de blanqueamiento del terrorismo”. Se tiene que mirar lo suyo el gachó que, por cierto, titula el desbarre “El Festival de Rebordinos”.