Querida Ursula. Me solidarizo contigo. Los mal agradecidos de los agricultores se han atrevido a bloquear con sus tractores el centro de Bruselas e incluso lanzaron huevos y otros objetos contra la fachada de la Comisión. Espero que no hayan manchado el ventanal de tu despacho. Todo un horror. ¿A quién se le ocurre morder la mano del que te da de comer?

Nuestra madre decía que no se juega con las cosas de comer pero al parecer, querida Ursula, esta gente del campo, brutos por naturaleza, no se acaban de dar cuenta que no debieran cabrear a los que les dan de comer.

Seguramente, ellos desconocen el enorme esfuerzo que haces tú, como presidenta de la Comisión Europea, para que la Unión Europea destine una ingente partida presupuestaria de 270.000 millones de euros para la Política Agraria Común, la famosa PAC, en el periodo 2023-2027, de los cuales tres cuartas partes van destinados a las ayudas directas a esos que os lanzaban huevos y un cuarta parte se destina a medidas de desarrollo rural.

Seguramente también, esos tractoristas desagradecidos desconocen que tú, y tu colegio de comisarios, os habéis peleado lo que no está escrito para que sean ellos los protagonistas de la lucha europea contra el cambio climático, para lo que se han impulsado medidas tan razonables como los ecoregímenes que, por cierto, tal y como reconoce nuestro (perdón por la confianza) amigo Luis, son unas medidas que han sido gustosamente asumidas por los agricultores, al menos los de este Estado.

Ursula, sé fuerte

Así, con estos ecoregímenes y otras condiciones medioambientales menores, los agricultores son considerados como los salvadores del clima europeo, mientras el resto de la sociedad se muestra más reacia a renunciar a trabajar en la siderurgia, a consumir energía a cascoporro, a los incesantes viajes turísticos o a otras cuestiones que, gracias a vuestras medidas, los agricultores compensan.

Seguramente tampoco sabían ni los alemanes ni los holandeses que se sublevaron previamente que son ellos, los agricultores, con su comprensión y su generosidad, los que facilitan que las instituciones europeas vaya alcanzando acuerdos comerciales de libre comercio con diferentes países o grupos de países, a los que, repito, gracias a la comprensión y generosidad del campo europeo, se les abren las puertas para que vayan introduciendo sus productos y materias primas alimentarias y así, posibilitar que sus convecinos, los industriales, empresas de servicios, etc. puedan exportar allí sus bienes y servicios.

Tú, Ursula, eres perfectamente sabedora que muchos de los productos que llegan a nuestras mesas no están producidos con las mismas reglas ambientales, laborales y agronómicas que nos autoimponemos los europeos y que esos productos, como daño colateral, les hacen la puñeta a esos rudos huelguistas. Pero, en fin, amiga mía, creo que no está la cosa como para ponernos exquisitos con pegas que no nos llevan a ningún lado, más que a enfadar a esos países terceros y que, de rebote, nos cierren sus fronteras.

Fíjate, querida, hasta dónde llega la desfachatez de esta gente, que incluso se atreven a plantear que en vuestras negociaciones introduzcáis unas cosas que llaman cláusulas espejo que, al parecer, quiere decir que los de allí cumplan con las exigencias y normativas de aquí, Europa. Pues menuda gracia les iban a hacer esas cláusulas a tus amigos, Lula, Milei o Biden. En fin, un despropósito total.

Ahora bien, Ursu, es tal el descaro de los agricultores que amenazan con salir a cerrar accesos al aeropuerto, colapsar ciudades o plataformas logísticas de mercados y cadenas de distribución, que incluso se niegan a cumplir las elementales normas de bienestar animal que, tú y yo sabemos, son algo tan reivindicado por nuestros amigos animalistas y que tan gustosamente escuchan los consumidores. Aprovecho la ocasión para trasladarte mi pésame, y el de toda mi familia, por la muerte de tu pony por ataque de un lobo.

Pues bien, yendo al grano que me desparramo, mi vecino, un ganadero de leche, es tan gárrulo que hasta le parece mal que exijáis que los terneritos que están cada uno en su box, bien protegidos, tengan una ventanita para que se vean mutuamente todo el tiempo. ¡Serán malvados!

Lo que te decía, Ursu, esto es un no parar, un suma y sigue de quejas y lloriqueos de esta gente desagradecida que, para más inri, te va a amargar el fin de legislatura. ¿A qué mente retorcida se le ocurre aguarte la legislatura, con lo bien que iba, justo ahora, en vísperas de las elecciones europeas?

En fin, te dejo Ursu, ya estaremos. Por lo menos, y no te entretengo más, no han salido con la matraca de que no ganan dinero, que si la actividad no es rentable y con esa retahíla de chorradas que nos tienen acostumbrados. Me ha extrañado porque son un rato peseteros. O es que van muy bien, o es que no les parece importante.

Acabo. Deseándote lo mejor. Un besito. Ursula, sé fuerte.