Todavía están contando y recontando los votos del exterior de las elecciones municipales, forales y autonómicas del pasado domingo cuando, de sopetón, nos vemos inmersos en una nueva campaña, ahora al Congreso y Senado, gracias al dedito del presidente español, Pedro Sánchez, que ha decidido, tras el fracaso de la izquierda, activar el botón atómico, convocando elecciones generales, jugándose todo a una carta en la que él, y sólo él, sin esperar a Yolanda, se presenta como el dique frente al previsible tsunami derechoso.

Suele decirse que tras unas elecciones ganan todos, puesto que unos miran a los votos contantes y sonantes, otros al porcentaje y aquellos otros los comparan con aquellas referencias que mejor les convengan. Pues bien, ahora, al menos en nuestra tierra, ante los numerosos gobiernos municipales y forales sin mayorías absolutas, el debate público y publicado está limitado a si es legítimo o no llegar a acuerdos para desplazar a la fuerza minoritaria con mayor representación y, como imaginarán, la lectura va por barrios y según la conveniencia de uno.

Unos y otros deberían ser conscientes de que es legal, legítimo y necesario que partidos diferentes lleguen a acuerdos para gobernar con bases sólidas y estables, dejando para la valoración del ciudadano, que les pondrá la nota dentro de cuatro años, si son pertinentes y coherentes los acuerdos alcanzados y si han sido beneficiosos para la ciudadanía.

Pues bien, esta semana, tras asistir a una reunión en Donostia, observé con sorpresa una marquesina de bus que lucía un anuncio con la foto de un ganadero dando de comer a sus vacas lecheras. Me acerqué y pude comprobar que el anuncio correspondía a la firma McDonald’s y en el mismo se decía que la foto correspondía a “la leche de tu McFlurry (helado) 16 días antes” y se informaba de la puesta en marcha de la web elpedidomasesperado.com.

Una vez llegué a casa, entré en la web y veo un anuncio, muy bien hecho, por cierto, en el que, con diversos ejemplos, se pretende concienciar al consumidor de hamburguesa, ensalada o helado del inmenso trabajo que desempeñan los productores y del tiempo que se requiere en su producción.

Vuelvo a ver el anuncio, leo y releo los textos de dicha web y, más allá de cuatro obviedades generales, que por muy obvias que sean no está de más recordarlas, compruebo que, a lo largo y ancho de dicha web, más allá del tiempo que requiere la producción de los alimentos, no se menciona u olvida, ni una sola vez, los costes de producción de esos alimentos y si los alimentos que están consumiendo son justos y dignos para los productores.

No es suficiente con amigarse con el sector productor con una campaña llamativa y resultona si el resto del año estás apretando hasta la asfixia al sector productor para que produzca lo más barato posible, incluso, si fuese menester, abocando a los productores a producir a pérdidas.

Señores dirigentes de McDonald’s, mensaje igualmente válido para otros miles de empresas agroalimentarias y de restauración, el sector productor requiere y exige que además de engorrosos certificados de calidad que lo único que garantizan es que los papeles se han hecho correctamente, que los procesos son impecables y que ese alimento no lo va a matar, requiere de certificados de bienestar “ganadero”, exige sellos de cumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria, certificados de justicia social, garantías de haber sido producido por la agricultura familiar frente a unos modelos basados en mano de obra ajena y barata, etc.

Por ello, al igual que se utiliza el término de greenwashing para denominar a las tácticas de marketing que utilizan las grandes compañías para engañar a los consumidores haciéndoles creer que un producto o empresa son respetuosos con el medio ambiente, creo que sería pertinente adoptar el término agrowashing para calificar este tipo de campañas como la de McDonalds, que lo único que buscan es lavar su imagen ante los consumidores.

Ahora bien, tal y como les decía, la campaña es tan efectiva que opino que el sector debería impulsar otra campaña con el mismo lema, elpedidomásesperado, con las miras puestas en las elecciones del 23 de julio, informando que el sector productor espera que elpedidomáseperado sea que, tras dicha contienda electoral, se consiga que al frente de los ministerios más directamente relacionados con el agro, tanto el propio Agricultura como el de Medio Ambiente y Consumo, se pongan unas personas más eficaces, razonables y sensibles con la realidad del campo que, a la postre, es el sector que gestiona la inmensa mayoría del territorio.

Una vez, efectuado elpedidomásesperado, me dispongo a esperar, confiando en que el que espera, no desespere.