Es de agradecer la decisión de EHBildu de retirar del ParlamentoVasco su extraña iniciativa en torno a la próxima campaña electoral. Pocasson las ocasiones en las que nos encontramos con rectificaciones de este tipo y elgrupo encabezado por Maddalen Iriarte loha hecho con claridad. Es deseable quecunda el ejemplo y otros agentes políticosemprendan también la senda de la humildad con mayor frecuencia, percatándosede lo saludable que llega a resultar un sencillo ejercicio de autocrítica.
Tiene a su vez razón la coalición abertzalecuando se lamenta por la lectura interesada que se hizo de su proposición no de ley.Porque una cosa es criticarla por inapropiada, extemporánea u otro motivo, y otraaprovechar que el Zadorra pasa por Gasteiz para cargar contra ella por cuestionesque no constaban en el texto. A esto síestamos más acostumbrados, vaya si loestamos, y no parece que existan grandespropósitos de enmienda entre algunos denuestros representantes políticos.
Tampoco debemos esperar que tengan talintención esos hooligans que, como hacenhabitualmente, durante cuatro días handefendido con vehemencia la iniciativaparlamentaria ahora retirada. Imaginamos ruborizados a muchos de ellos altener conocimiento de la decisión de susdirigentes. Con el pie cambiado o el culo alaire, que también son otras formas dedecirlo. Es lo que sucede cuando se renuncia a tener criterio propio o, lo que es peor,se desiste de expresarlo, pensando quehaciéndolo se perjudica a la causa. No haynada más leal a una causa que decir confranqueza lo que se piensa.
Post Scriptum: a punto de terminar el texto, escucho las palabras de Itxaso Atutxamostrándose dispuesta a reconducir lapolémica en torno a la famosa norma foralde la Diputación de Bizkaia. Sin que sepamos aún cómo concluirá el asunto, mearriesgo desde ya a sumar a los jelkides ami elogio inicial y a sus hooligans a milamento final. ¡Qué bonito que es militaren un partido sin confundirlo con unasecta!