Impuestos, sí, gracias
Impuestos, sí, gracias twitter.com/elespanolcom
Vamos a empezar el mes de julio con mala baba: Pedro J. Ramírez nos vendió su proyecto digital, El Español, como la revolución del periodismo pero publica unos contenidos que coinciden con lo que se suele denominar “basura”. No hay dinero ni diseño que blanqueen lo que es capaz de lanzar en su portal: que los impuestos suponen un gasto que nos frena. Mire, Pedro J., no. Nos frena que nos roben lo recaudado, nos frenan opiniones así sobre la fiscalidad y nos frena que Netflix pague menos impuestos al año que cualquier autónomo, como denuncia Antonio Martínez Ron en Twitter.
Menos movidas y más “meneo” twitter.com/AmazonEnLucha
Sigo tirando del hilo de Netflix y sumo el de Amazon, que suben los precios a los usuarios. ¿De verdad alguien se sorprende? Es evidente que es insostenible la producción de estas plataformas con cuotas tan accesibles y fáciles de compartir. Pero no significa que estén exprimiendo a los clientes. Significa que han hecho ofertas de lanzamiento sin explicitarlo e igual alguien debería intervenir. Flojo favor hacen los trabajadores de Amazon verdaderamente “exprimidos” que llevan la cuenta en Twitter e intentan buscar la solidaridad del cliente, que se hace el ingenuo a cambio de un bajo precio.
Las cosas, por su nombre twitter.com/sergchesan
Si fuésemos capaces de soltar el lastre de los eufemismos que nos han colado en el paquete de Internet igual nos iría mejor. Ni “influencers” ni “empresas de base tecnológica”: algunos que se esconden bajo estas etiquetas son jetas, directamente (y hay prescriptores y desarrolladores de apps de verdad, lo sé porque conozco a varios). Tampoco chorradas como la “economía del conocimiento” que recordaba Sergio Chesán en Twitter con acierto: “Sonaba mejor que decir que cuatro empresas se forrarían a base de robarnos los datos”. Para ser justos, no nos los roban: se los regalamos.