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Trata de arrancarlo

Canta Leiva “si la mitad de nuestrosdramas fueran de verdad, no habríanada que nos pudiera salvar”. Comoescuchaba a una experta en bioética, estatendencia a los “dramas” nos viene, muchasveces, por pensar más con nuestro paleocerebro que con el neocórtex. Me explico. Elcerebro más viejo con el que contamos es elpaleocerebro o reptiliano. Es muy bueno enel instinto de supervivencia pero no le pidasmás. Todo problema que se presenta nos lleva a verlo como un dilema. No nos ayuda aver más opciones, ni siquiera a buscarlas.Para esto, tenemos el neocórtex. Es la últimaversión de procesador cerebral que tenemosinstalado en la cabecita. Mucho mejor parael análisis y la comprensión de las realidades complejas. Ideal para no ir por la vidaviendo solo dramas y dilemas.

¿Y de qué cerebro tira más nuestra actualclase política? Bastantes lo hacen del neocórtex pero, a esos que se hacen llamar líderesde la política española diría que les dominael reptiliano. Los grandes problemas que,como tales, tienen muchas aristas los convierten en burdos esquemas de bueno-malo,o el dichoso “conmigo o contra mí”. Esta es lapolítica que harta. La que aleja al personal. Siya de por sí pecamos también los de a pie deusar el cerebro reptiliano, como para que lospolíticos nos lo refuercen. Las negociacionesdel Gobierno español y de la querida Navarra, qué no decir de Cataluña, son buenosejemplos de esta política reptiliana. Lademocracia no es solo votar pero, al menos,esto ya lo hicimos. Representantes, os toca avosotros. Tomaos vuestro tiempo pero, finalmente, gestionad los problemas comunes yno nos los aumentéis. Evitadnos el sentirnoscomo Luis Moya, a solo 500 metros de cruzar la meta para volver a ser campeones derally en 1998 gritándole a Carlos Sainz aquello de “trata de arrancarlo”. Activen su neocórtex y arranquen el motor de gobernar,que falta nos hace.