Ocho asesinatos, 24 heridos, 30 personas con escolta, 78 denuncias detortura, ocho personas secuestradas, miedo y sufrimiento, mucho sufrimiento. ¿Hablo de algún pueblo de Siria? No,hablo de Andoain. Ahora que parece que senos olvidan todas las burradas provocadasen nuestra tierra, Andoain ha querido reconocer su pasado para convertirlo en semillade futuro. La mesa de partidos políticos delAyuntamiento que lejos de los focos se pusoen marcha hace menos de cuatro años, hadado otro fruto más. La impagable labor dela asociación Argituz ha hecho posible uninforme que recoge las violaciones de Derechos Humanos y otras acciones violentasocurridas entre 1956 y 2018 en la localidad.Y lo hace como un proyecto promovido yrespaldado por todos los partidos. Sí, en esepueblo que durante años fue escenario,como lo fueron otros, de la ruptura de laconvivencia. Sí, en la Andoain de López deLacalle, Pagazartundua y la del cierre deEgunkaria. Sí, esa Andoain descrita ennegativo hasta ser estigmatizada es hoy laque se coloca en los primeros puestos delcompromiso con la convivencia. Gracias asus políticos locales y a las personas quehan dado su testimonio, Andoain es unreferente de que el pasado no debe sernegado. Al contrario, debe ser conocido yreconocido a través del diálogo sincero paraque nadie más mire para otro lado ante elsufrimiento. No es fácil leer los testimoniosde la hija de un concejal amenazado y atacado, ni los de un maltratado tras ser detenido. Te remueven hasta sacar el llanto.Nuestros pueblos requieren de una lecturacrítica y autocrítica de TODO lo ocurrido.Sin mezclar las violaciones y menos justificarlas pero sí reconociendo a todas sus víctimas. No vale ya sentir unos dolores y nootros porque los Derechos Humanos, o sontodos y para todos, o no son. Andoain yaestá en ese camino.
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