El debate de los presupuestos delGobierno Vasco se ha focalizado enlas pensiones y eso que no está dentrode nuestro marco competencial. Laizquierda mayoritaria de este país ha hechode ello su línea roja en la negociación. O secomplementan las pensiones o no se apoyanlos presupuestos. A mí me llama laatención. No digo que sea este el caso perosiempre me ha parecido que los partidospolíticos quieren mostrar su cariño especialhacia los mayores por una cuestión capital:no hay hijo de vecino que gane sin contarcon una buena aportación de sus votos. Si aeso le sumamos su actual alto nivel demovilización, su fuerza de influencia electoral,aún tiene un potencial mayor. El PNVsupo meter un gol por la escuadra con laúltima negociación en Madrid y el aumentode las pensiones. Pareciera que todos quierenimitar esa hazaña. Hoy lo políticamentecorrecto es estar a favor del aumento delas pensiones, así como de todo proyectopara los mayores que se precie. No seré yoquien esté en contra de ello aunque sé quecon este artículo pueda parecerlo pero perciboque, cuando hablamos a calzón quitado,el apoyo a las demandas de los mayoresno es tan fuerte como se dice. Diría queincluso se da un peligroso choque socialentre generaciones. Solo por dar un dato, sila pobreza no aumenta en las familias depersonas de más de 65 años sino en las demenos de 35 años ¿las políticas de apoyo alas familias y a los jóvenes no deberían deser más importantes? A tenor de las negociacionespolíticas está claro que no. Parecieraque los mayores tienen la sartén delos partidos por el mango. Pero ¡ojo! estasartén no va de una generación sino devarias y hay riesgo de que se nos queme elaceite. Sería bueno hablar menos de colectivospor edad y más de derechos en funciónde las necesidades, aunque no sea tanmolón a nivel electoral.