No soy el único que lo piensa twitter.com/almantor

Ya sé que el improperio con el que encabecé la columna ayer pudo llamar la atención, pero les aseguro que no soy el único que piensa que en Twitter la concentración de tontos es mayor que en cualquier otro sitio: “Las redes sociales muy bien, eh. Pero también han servido para que cualquier gilipollas con ínfulas tenga un altavoz bien grande con el que hacer llegar sus memeces y su bilis hasta otros gilipollas como él. Gilipollas cada vez más motivados y mejor organizados. La puta peste”, tuiteaba Vladimir Raskolnikov que, pese a tener más de 13.000 seguidores, no obtuvo respuesta de nadie, curiosamente.

Sí, son amenazas twitter.com/elsacodelcoco

También en Twitter han hecho recopilación de parte de las amenazas, directas o veladas, que ha recibido Rober Bodegas por su antiguo monólogo con chistes de gitanos. El humorista está siendo, sin buscarlo, el protagonista para mal de una ola de forzada indignación que surfean una horda de imbéciles, y en el objetivo de los más descerebrados. Descerebrados incapaces de ver una amenaza cuando la tienen delante y que, seguro, usaron el hashtag #jesuischarlie. Si finalmente agreden a Bodegas les veremos decir que se llaman Rober y se anotarán otro tanto subiéndose a la ola que toque.

Una oportunidad para los aprovechados twitter.com/noelceballos_

Si en Twitter no tienen criterio tendremos que ser los medios los que lo pongamos, y no dar alas al aprovechado de turno como Sinaí Giménez, que se ha erigido en representante de todos los gitanos y ha denunciado a Rober Bodegas en nombre de Sociedad Gitana Española, una entidad sin identidad? hasta esta semana que los medios le han dado bola. Igual que a Giménez, por cierto, que quiso ser alcalde de Vigo haciéndose pasar por “el Obama gallego” y tiene un historial delictivo muy fácil de encontrar en Google. Pero eso a algunos periodistas les da igual, solo les importa el clic.