De Elena Francis a Arcadi Espada
En 1984 dejó de emitirse el espacio radiofónico Elena Francis, una consultorio sentimental y vespertino que trataba sobre todo las agobios e incertidumbres de las mujeres ante los temas del amor y las relaciones. El espacio tenía nombre de mujer y también le ponía voz Maruja Fernández pero todo él estaba escrito por hombres dirigidos por un tal Juan Soto Viñolo. Era curiosa aquella metamorfosis de estos guionistas poniéndose en el lugar de las afectadas que trataban de convencer en sus historias que las mujeres ante todo debían ser sumisas y perdonar a los hombres tendentes al abuso. En su momento, aquel espacio radiofónico tuvo un éxito arrollador que concitaba la atención de millones de escuchantes. He recordado aquel programa al leer que la influencer Lil Miquela a la que se creía modelo e influencer resulta que es un robot al que le hacían el juego algunas marcas de ropa conocida como Diesel. Este robot, como Elena Francis, además de escribirle y ponerle voz tiene detrás una compañía de Los Ángeles y hay otras muchas Elenas Francis en el mundo de las redes sociales que son pura invención al servicio de intereses muy particulares y vete tú a saber hasta qué punto ilícitos. Pero lo que más me ha recordado a aquellos tiempos franquistas de Elena Francis, fue la intervención de un tal Arcadi Espada que pedía en el programa de Ana Rosa Quintana -dónde si no-, que se mostrara un vídeo con la vida sexual de la víctima de la violación de La Manada. Espada quiso hacer de Soto Viñolo y escribir el guion que según su insistencia tendrían que aplicarse hoy más que nunca a las mujeres. Lo malo es que esta opinión se vio refrendada con el intento de mostrar la imagen de la chica violada en Twitter que por mucho que se retirara es más que posible que se hicieran las suficientes capturas como para que un nuevo Arcadi quisiera satisfacer la asquerosa curiosidad de que se hiciera pública. Ya ven: el franquismo todavía supura por televisión.