Hay días en los que los índices de las audiencias son como un tobogán. Ocurrió el martes cuando Antena 3 pasó de tener más de tres millones de espectadores mientras Cristina Pedroche daba gritos histéricos en El Hormiguero, a que luego se fueran en un pispás, al pasar a hablar de política. Fue un fuga espectacular a pesar de que la cadena preparó con anticipación, nocturnidad y alevosía un programa titulado 21-D: Cierre de campaña. Un paripé informativo que en realidad era un aviso a navegantes en el que presuntos expertos hablaban muy aplicadamente sobre las malas consecuencias económicas de determinado resultado en Catalunya. Un informativo que, a pesar de contar con escasos invitados, estuvo presentado por el tándem Vicente Vallés y Sandra Golpe. Esta bajada en picado debería estudiarse muy detenidamente en las facultades de Comunicación, por escandalosa y también por significativa. A estas alturas preparar un refrito de estas características con el único fin de echar paladas de parcialidad en el día previo a la reflexión es como aquella truculenta manía medieval de echar sal al trigal propio. Aquello se convierte en poco tiempo en todo un páramo desértico. Y hablando de toboganes, quien pasó verdadero vértigo fue el concursante murciano, Antonio Ruiz, en Pasapalabra cuando completó el rosco que a diario presenta en Telecinco Christian Gálvez. Ruiz se llevó 1,1 millones que es como que a uno le toque tres veces el gordo de la lotería de Navidad. Por cierto, en el tobogán de esta marca de juego habrá que preguntar si este año el anuncio de Amenabar ha cumplido las expectativas o más bien ha sido una campaña publicitaria que también ha sufrido un brusco descenso en montaña rusa. Todavía hay mucha gente que ha visto esa especie de cuento de Navidad en la tele y no sabe si lo que vende es lotería o un viaje a Disney.