Nunca como en los últimas temporadas la industria audiovisual había sido tan productiva. Es tal la competencia entre las distintas plataformas que todas quieren tener sus productos en exclusiva. Se están haciendo tal cantidad de series que algunos ya vaticinan una burbuja en este negocio que pondrá las cosas en su sitio. No hay más que ver las nominaciones de los premios Emmy para intuirlo. Solamente HBO y Netflix obtuvieron 200 nominaciones en este macro concurso televisivo donde el talento no siempre está bien valorado y sí esa perspectiva de éxito mundial que la industria americana tiene para sus producciones. Una manera de hacer televisión que saben exportar como nadie gracias a internacionalización de sus plataformas que dejan escaso margen al resto de los productores mundiales. La importancia o no de los Emmys se ha ridiculizado en multitud de ocasiones pero en realidad estamos ante la Meca de la televisión. Un lugar donde tienen que estar todos los aspirantes a que sus obras se distribuyan a nivel planetario. Pero el hueco es pequeño. Aquí las plataformas americanas ocupan casi el 86% de la producción de series y el resto del mundo apenas tiene ese margen del 14% para meter el morro. Por más que luego internamente las cadenas intenten compensar esta desproporción con producciones propias, lo cierto es que aquí también son los estadounidenses quienes dominan el negocio metiendo el 56% de las emisiones de series. Así que por más que haya ejemplos de actores y productoras que han llegado al mercado USA, la realidad de la industria dice que quienes dominan este mercado son ellos como ocurre también en la industria cinematográfica. En este momento tanto en los Emmy como en la gala de los Óscar al resto del mundo apenas nos toca hacer la porra entre los amigos y alegrarnos de que una pequeña producción como The Handmaids Tale con la gran Elisabeth Moos venza a los gigantescos monstruos de la industria.
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