No puedo decir todo lo que pienso twitter.com
Tengo dos hijos y una columna diaria. Si quiero que lo segundo me ayude a mantener a los primeros, sinceramente, hoy no puedo decirles todo lo que pienso cuando leo que Iñaki Urdangarin se libra de ingresar en prisión y ni siquiera necesita abonar fianza o entregar el pasaporte pese a que el quebranto habría alcanzado los 2,6 millones de euros de dinero público, conseguido por el Instituto Noos de un modo fraudulento, según la sentencia. Si España es así, y cada vez hay menos dudas, que se la queden.
Ya estamos haciendo el cateto change.org
En este caso sí que puedo manifestarme porque, de hecho, me repetiré: me parece una catetada la petición para que Jorge Cremades no actúe en Bilbao. Cremades tiene un humor gañán, de tías que tardan mucho en maquillarse y tíos que solo piensan en ligar del modo más fácil, incluido emborrachando a la chica, pero no se trata de aplicar censura previa a su actuación. El verdadero éxito contra este machista del humor sería que el Teatro Campos, donde actuará, estuviera vacío, no prohibiendo su pase.
Cuando miran desde fuera twitter.com/NicolasLucca
A veces es necesario que nos observen desde fuera para darnos cuenta de cómo somos. Y no me refiero únicamente al caso anterior: el periodista argentino Nicolás Lucca ha descubierto gracias a la visita de Macri al Congreso quién es Íñigo Errejón. Un personaje capaz de hablar por los argentinos, de pedir cuentas que no le corresponden y de impartir justicia divina. El propio Lucca concluye: “Ocupa un cargo para cubrir algún cupo de discapacidad, no existe otra explicación”. Duro y no muy correcto, pero claro, clarísimo.