El veto de unas televisiones a otras está haciendo que los programas de zapping hayan perdido la mala baba con los que sacaban a su competencia. Ahora estos programas como Zapeando en el que Frank Cuesta, Anna Simón, Pedroche, Miki Nadal y compañía hacen lo mismo pero no consiguen ni por el forro aquellos mementazos de su predecesor Sé lo que hicisteis de Ángel Martín y Patricia Conde, donde ponían el contrapunto a imágenes en las que el espectador se partía el culo con Telecinco, Antena 3 o TVE. Ahora no. Ahora los chistes los tienen que hacer con imágenes de su propia casa y más parece una promoción que un espacio de humor. Por cierto, Anna Simón reconoció que lo que más le dicen por la calle es que en la televisión sale más guapa. Algo que ya nos imaginábamos los espectadores que asistimos a diario al salto que los presentadores dan para ponerse delante de la cámara y para el que solicitan la ayuda de las redes del maquillaje, peluquería y un vestuario a mejor gloria de las marcas que cambian a diario. Pero volviendo al cambalache de las cadenas, esta semana hemos visto al gran Karlos Arguiñano en todo el ajo. Primero vendiendo su libro en El Hormiguero donde se dio un festín de buen rollo con Pablo Motos y se permitieron cantar a dúo El conejo de la Loles. Y es que el gran secreto del Arguiñano comunicador está en la sencillez de sus mensajes. También en esta colaboración de los de casa, Arguiñano sacó imágenes de la visita de Chicote a su restaurante de Zarautz, un encuentro que, al parecer, no tenía nada que ver con las visitas que Chicote hace a los restaurantes para mejorarlos y que lo ha convertido en uno de los personajes más odiados de la televisión. Ya puestos a sacar tajada de las imágenes ajenas, la competencia lo tiene a huevo si ahora hacen un programa con los casos de los damnificados por Chicote, lo petan. Y además sin pedir prestada ninguna imagen.