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Dos meses al año de televisión

Tras leer los últimos datos de su consumo me pregunto si conoceré a alguien que no vea la televisión. Pero no verla nada de nada. Según las estadísticas, en España solo el 0,2% nunca ve la tele y esto lo hacen 89.052 personas. Hablo de esto porque el pasado lunes 21 fue el Día Mundial de la Televisión y ese mismo día se conocieron los datos que indican las diferencias entre países en cuanto a las horas que sus habitantes dedican a verla. Incluyendo a todos esos que ignoran la tele, resulta que en el Estado la media es de 234 minutos, vamos, apenas seis minutos para alcanzar las cuatro horas al día, más o menos la media que hay en Europa con alguna excepción como los italianos que se pasan más tiempo (4 horas y 21 minutos) y eso que en Navarra y la CAV la vemos media hora menos (tres horas y media). Pero esta globalidad televisiva no es uniforme. Los chinos apenas se pasan dos horas y media delante de lo que un día se llamó caja tonta. Cifras todavía muy altas que comienzan a bajar sobre todo porque los más jóvenes meten más horas con el ordenador y con los móviles. Pero estas cifras aplicadas a la realidad nos dicen que los europeos vemos unas 1.400 horas la televisión, que vienen a ser dos meses seguidos delante de las pantallas. Asusta pensar que dedicamos tanto tiempo con la de cosas que tenemos alrededor para hacer. La televisión se convierte en una trampa en la que caemos fácilmente y en la que tenemos la sensación de libertad para elegir entre lo que nos gusta. Una sensación poco realista para quienes no puedan pagar las distintas ofertas y plataformas. Resulta que hay abuelos y abuelas que se pasan todo el día delante del televisor sin ni siquiera plantearse otra alternativa y viendo el sota, caballo y rey de los canales gratuitos, canales que en muchos casos destinan tanto tiempo a los anuncios que podríamos sacar las cuentas y deducir que hay quien puede ver un mes al año de publicidad. Y en muchos casos, en realidad, no quieren comprar nada.