en mi colegio hubo unos años que los de clase nos convertimos en expertos en John Fitzgerald Kennedy. Y en su hermano Robert, aunque menos. Con once años, Josemi, que era y es un mago con las manos y nos hacía a la mitad los trabajos de Pretecnología y Dibujo, preparó para clase de Redacción una en la que hablaba de los dos hermanos, salvo la parte de Marilyn, que en un colegio de curas era un terreno más, con perdón, resbaladizo. Le quedó y la leyó tan bien que al año siguiente, cuando ya teníamos doce, y como hubo cambio de profesor, pues qué cojones, le cambió el "hace 20 años" por "hace 21" y tira. Cuando teníamos trece también cambió el profesor y ya hacía 22 años. Acabamos de los Kennedy hasta los huevos y todavía cuando estamos de mambo le solemos pedir que nos lo explique. Lo clava y se gana su terrón de azúcar y su chupito. Nunca le hemos preguntado de dónde leches o enciclopedia sacó aquello, una enciclopedia que vayan ustedes también a saber de dónde tomó los datos y toda la información y así sucesivamente. Ayer le llamé para decirle que el compañero de trabajo que llevó al curro a Lee Harvey Oswald ha vuelto a salir a la palestra después de muchos años mudo para declarar que nadie le va a hacer creer jamás que Oswald mató a JFK y que Oswald era infinitamente más majo, trabajador y normal que todo lo que se ha escrito sobre él. Esto a Josemi le interesó en el plano personal, pero ya me dejó claro que cuando estemos de mambo no piensa cambiar ni una sílaba de lo que nos leía hace 30 años porque se queda sin su chupito y de eso ni hablar. Y estaba yo pensando que en menos de un mes se cumplen 50 años de aquello y en cuantos miles de chupitos nos habremos tomado y seguiremos tomando todos con cientos de asuntos que han ido pasando de clase en clase sin nadie que se moleste en revisar ni una coma. Y encima sin lo de Marilyn.
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