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¿Cómo están ustedes? y récord histórico en televisión

NUNCA he sido mucho de payasos. Desde mi más tierna infancia no terminaba de comulgar con ese espectáculo en el que siempre uno se acababa llevando los palos y donde trataban a los niños de estúpidos y perversos, que lo mismo aplaudían los chistes como los mandobles. Los payasos que nos tocaron en la única televisión existente pusieron las primeras bases del entretenimiento que hoy pervive en televisión. Algo que no ha cambiado: siempre hay alguien que lleva escrito en el rostro "estréllame la tarta en la cara" mientras otros cuentan el chiste y se llevan los aplausos y la pasta. Pero no se puede negar que el éxito de Gaby (el listillo buena persona que acababa engañado), Fofó (el eterno despistado que siempre se apartaba en el último minuto) y Miliki (que lo mismo valía para un roto que para un descosido) nos tiene atrapada la memoria colectiva. Muchas de las canciones que no cantamos de niños se las acabamos cantando a nuestros retoños, haciendo que la memoria de los Payasos de la Tele haya pasado de generación en generación.

El proceso de enganche a la tele no ha sufrido alteración con el tiempo. Siempre llega el día en que el niño acaba concentrándose en las imágenes que destellan por la pantalla. Algo que por efecto de la crisis o del frío parece ir en aumento estos días. Según la consultora Barlovento, el domingo se alcanzó el récord histórico: más de 36,6 millones de espectadores vieron la televisión. Eso supone el 83,3%. Cifras que despejan cualquier duda sobre la supervivencia de la televisión a corto plazo. Y es que según apuntan las mediciones, en el minuto de oro llegó a haber más de 21 millones de espectadores viéndola. Algo de culpa de esa afición por la caja tonta la tienen también aquellos payasos que nos hicieron cantar en nuestra infancia y cuyo eco sigue perdurando en nuestros días. Aunque no siempre nos guste.