lAS pasadas elecciones cambiaron el signo político del poder y tras la puesta en marcha del gobierno quedan pendientes acuerdos entre los dos partidos mayoritarios para nombrar responsables en el aparato judicial, altas instancias del estado y radiotelevisión pública, huérfana de director general desde la ya lejana dimisión de Alberto Oliart. Son muchas las cartas que tienen que intercambiarse PP y PSOE y la del responsable máximo de RTVE no es la menor de ellas. El período Zapatero dejó una marca de profesionalidad y buen hacer en los productos de la casa y la autonomía del quehacer periodístico se constituyó en la hoja de ruta de un grupo sometido desde la transición a los vaivenes de la política. La actual mayoría absoluta gobernante puede arrastrarle a viejos comportamientos de control y manejo partidista. Un ejemplo de programa a batir en el tiro pichón de los nuevos tiempos es Asuntos Propios que se emite de lunes a viernes, de cuatro a siete de la tarde y que conduce Toni Garrido que ha acuñado la frase para definir su producto "esto es radio, lo demás ruido o silencio". El popular humorista ha creado un producto distinguible por su personalidad, sentido crítico y progresismo en cuestiones varias y ha construido una radio ágil, con aportaciones de novedad en el tono y la manera de tratar los asuntos de actualidad, siempre con el ánimo explicativo de desentrañar para los oyentes las claves de lo que ocurre. Es una bocanada de aire fresco que junto a otros profesionales de la radio pública han alimentado mecanismos críticos en los oyentes hacia el poder en estos endiablados tiempos que corren. No es fácil que los nuevos rectores del Ente aguanten el tirón y mantengan este programa en antena ante la inmensa tentación de controlar el grupo amparados en el poder cuasi omnímodo que detentan. Malos tiempos para la lírica.