la más célebre penitenciaría de EEUU se localiza en una isla de la bahía de San Francisco y responde al mítico nombre de Alcatraz, donde se sitúa la acción y personajes de una serie que ha comenzado a emitir La Sexta y que promete sabrosos capítulos de sangre, horror y miseria humana en un ejercicio televisivo de calidad, imaginación y buen hacer actoral, bajo la batuta de un especialista de este tipo de productos J.J. Abrahms que ha firmado entregas de éxito como Perdidos, Fringe o Star Trek. La cadena ha programado dos capítulos por semana de una rocambolesca historia que quiere ligar la más espectacular y supuesta fuga y desaparición de penados y guardianes hace 50 años y los esfuerzos del agente Hauser por capturar a aquellos en una traslación al presente que desafía las normas de verosimilitud que el director de la serie maneja con holgura, mezclando dos planos históricos con un mismo asunto y protagonista en cada capítulo pero separadas por cinco décadas y que termina inexorablemente con el penado fugado capturado para llenar las vacías celdas. Los guiones están bien trufados de personajes que sustentan la trama y viajan en vertiginosos flashback del pasado al presente y viceversa de la mano de la agente Madsen y su increíble colaborador, Diego Soto, el hombre que más sabe de los historiales de los reclusos que desaparecieron misteriosamente hace 50 años y que los guionistas van devolviendo a la actualidad para construir dos historias paralelas y conexas que se alimentan entre sí. La serie engancha por planteamiento, montaje y singularidad de los estereotipos carcelarios en una trama imaginativa que amenaza con desbordar la lógica pero que mantiene un toque de misterio, serie policíaca, terror y suspense. Un nuevo experimento de la Fox que puede funcionar en Europa.