CASI de forma silente, sin generar demasiadas expectativas políticas y sociales, se ha puesto en marcha nuestra Eurorregión Euskadi/Aquitania; ha nacido dando la espalda a la lógica territorial/transfronteriza que debe inspirar su devenir futuro, debido a la ausencia de Navarra. Una vez más, las cuestiones políticas han primado sobre la eficacia y el sentido común, porque la lógica de este proceso institucional europeo es la de agrupar en su seno aquellas realidades territoriales y políticas colindantes y transfronterizas para lograr superar la atomización y la dispersión competencial y operar de forma conjunta y coordinada a la búsqueda del interés superior común.
La ciudadanía en general no tiene claro qué es y para qué sirve, qué utilidad puede aportar una Eurorregión. Han oído hablar de ella, y también de cooperación transfronteriza, pero poco más. Cuanto más nos alejamos de la antigua frontera, menos atención se presta a las eurorregiones y a la cooperación transfronteriza. Una orientación pedagógica, que demuestre la utilidad social y los beneficios que pueden derivarse de la puesta en práctica de las potenciales que puede ofrecer como Eurorregión Euskadi/Aquitania es clave para que los ciudadanos apoyemos y potenciemos su consolidación.
¿Sobre qué ámbitos puede proyectar su operatividad la Eurorregión, en beneficio de los ciudadanos?:
a) La dimensión ciudadana: la eurorregión puede y debe tener una incidencia positiva en el ámbito de los particulares, de los ciudadanos y de las empresas, en la proyección de las cuatro grandes libertades comunitarias sobre este ámbito transfronterizo de cooperación: en particular, todo lo relativo al área de libertad, seguridad y justicia.
Baste un ejemplo: ¿tiene sentido que una persona guipuzcoana que reside en Hendaia pero trabaja en Gipuzkoa, y que queda en situación de desempleo, no pueda optar o concurrir por el mero hecho de su residencia al otro lado de la frontera a las diversas convocatorias públicas de ayudas, becas o convocatorias de contratos de fomento de empleo realizadas desde instituciones vascas? ¿Tiene sentido que la formal o aparente ausencia de "residencia o vecindad administrativa en la comunidad autónoma" le prive de tal derecho y excluya a todo ese colectivo de personas que han cotizado aquí, han trabajado aquí, viven a caballo de un lado y otro de la frontera?
b) La regionalización de la dimensión comunitaria de ayudas vía fondos comunitarios: surgen nuevas oportunidades en el próximo escenario presupuestario europeo para potenciar determinados proyectos estratégicos. Y hay que aprovechar al máximo todas las oportunidades de suplir la falta de ingresos tributarios, debido a la crisis, con aportaciones derivadas de fondos y convocatorias europeas.
c) La Eurorregión puede y debe suponer un cauce institucional que permita simplificar y optimizar las atomizadas iniciativas transfronterizas preexistentes. Es necesario analizar cómo optimizar toda esa suma de actividades promovidas desde diferentes foros, vinculados a turismo, a tratamiento de residuos, al Derecho transfronterizo, al fortalecimiento de iniciativas que incentiven el empleo o al mundo de la empresa, entre otros.
d) Frente a la asimetría competencial entre ambos estados (España/Francia), que siempre ha dificultado el actuar conjunto transfronterizo, la eurorregión puede erigirse en cauce prioritario de actuación.
e) Desde una perspectiva política, y si hubiera voluntad por parte de ambos estados, sería factible avanzar hacia la creación de una circunscripción electoral conjunta a las elecciones al parlamento europeo, que atendiese a la realidad de la región por encima de la visión estatal.
El desarrollo de todas las potencialidades que ofrece la Eurorregión podría servir para articular y encauzar las ahora debatidas en el seno del Consejo de electos y el Consejo de Desarrollo del Pays Basque, relaciones de Iparralde con el Estado Francés, por un lado, y con Euskadi y Nafarroa por otro, articulando un mecanismo en el que la realidad de Euskal Herria pudiera ser viable también en un plano institucional, sin histrionismos, sin celos competenciales y sin alteraciones de los respectivos estatus nacionales. Sería un primer paso, humilde, pero se hace camino al andar.