Los analistas de la acción política de ZP concluyen que una de sus aportaciones ha sido la dinámica implantada para la gobernanza de RTVE. Desde los tiempos del ínclito Suárez ha sido un coto donde los directores generales han campado por su respeto, haciendo de la labor de los profesionales una palanca para intereses políticos y empresariales. El saneamiento financiero, respeto a la autonomía del quehacer profesional, ajuste y definición de plantilla son anotaciones en el haber. En RNE sobresale la figura de Juan Ramón Lucas galardonado con el Ondas y que representa el modo de hacer de los profesionales de la pública: rigurosidad en los datos, templanza en los análisis, equilibrio en los entrevistados sean del pelaje político que sean y compromiso con los oyentes, a quienes sirve y a quienes se deben. Lucas comanda el magacine con personalidad propia y sentido de lo que debe ser un medio público, abierto a la información, crítica y opinión plural de todas las sensibilidades sociales ya que la casa se paga con impuestos de todas las sensibilidades cívicas. Cuatro horas de información con entrevistas y opinión conducida con sensato modo y eficaz presentación de análisis enfrentados de los tertulianos y dos horas más relajadas sin perder de vista la actualidad pero con tiempo para el humor, tendencias, consumo y aspectos menores de la vida social. En días como hoy es un caso práctico de radio bien hecha, participativa, moderna y con interesantes cifras de audiencia. Marc Sala, Laura Alonso, Maribel Sánchez de Haro, Elena Pérez, Meritxell Planella, Araceli Palomeque, Guillermo Mercado, Laura Madrid, Carlos Santos y un acertado equipo de colaboradores hacen que Lucas luzca en la competitiva mañana. Equipo engrasado y bien llevado por un periodista que se cree la radio pública. Ahí es nada en los tiempos que corren.