Ilusos y el Papa
vistas las imágenes que circulan por las redes de los ataques de la Policía a los contramanifestantes de la visita del Papa a Madrid. Aquí uno puede estar en contra, sí, pero mejor se lo calla. Puede que con la eclosión de las cámaras individuales venga el fin del abuso de estos sujetos que confunden su profesión de fuerzas de seguridad por la del mamporro arbitrario, demente, sin sentido. Y eso que viendo las imágenes del Benedicto XVI saliendo del aeródromo de Cuatrovientos rodeado de fuertes medidas de seguridad (un inquietante circulo de hombres trajeados de negro al más puro estilo Tarantino) rompían el blanco escenario moteado de multicolor gentío. Es difícil calcular si el despliegue mostrado por las diferentes cadenas era el adecuado. Si algunos se quedaron cortos o si otras fueron más papistas que el Papa. Lo cierto es que el montaje creó marcos espectaculares, como el antiguo edificio de Correos sede del actual ayuntamiento de Madrid. Unas vistas crepusculares cargadas de fuerza por la especial luz madrileña y sus cielos velazqueños vistos desde la plaza de Cibeles.
Pero déjenme que les cuente el momentazo de Sálvame deluxe en la madrugada del sábado, en el que Terelu sustituye a Jorge Javier. Apareció un tipo que decía ser abogado. Llevaba documentos de un supuesto testamento inédito de Rocío Jurado. El tío acabo asegurando sin mayores escrúpulos que embalsamó el mismísimo cuerpo de la diva. Allá se formó una gorda. La cuñada y la hija de la tonadillera le saltaron a la yugular. Todo el mundo le amenazaba de que se le iba a caer el pelo. Al final, el pájaro se asustó. El realizador no le quitaba la cámara del primer plano de sus ojos a punto de saltarle las lágrimas. Finalmente se fue. Entonces me entraron las dudas: todo esto, ¿también será un puro montaje? Iluso.