EN el mundo del marketing y las ventas, los fines justifican los medios y para colocar una bebida en el mercado, las multinacionales son capaces de hacer cualquier cosa, y digo multinacionales porque para invertir en un anuncio varios millones de euros hay que tener potencial de marca y abundante pasta. En las últimas semanas se ha desatado una sibilina pero profunda batalla comercial entre empresas de bebidas que no han dudado en contratar excelentes guionistas, bellezones de película o directoras de alto copete para dirigir un spot que casi es un corto y que despliegan en todos los casos habilidades, saberes y calidades cinematográficas. Comenzó una marca asentada en Catalunya que, de la mano de Isabel Coixet, construyó una historia de un aspirante a cocinero en El Bulli, que termina triunfando haciendo unos huevos fritos como plato estrella de sus escasos conocimientos culinarios, pero que vive los momentos importantes de su vida en el aprendizaje de Ferrán Adriá con la cerveza de marras. Los dueños de otra bebida tónica han construido una historia en base al equívoco juego de palabras que proporciona el nombre de su marca y la insinuación de atreverse con el sexo "what did you sped" y pone como gancho a la impresionante Uma Thurman, poderoso reclamo para diferenciarse en el desfile diario de anuncios. Los resultados son fastuosos desde el punto de vista icónico, con una excelente realización y unos planos cargados de inteligencia y calidad estética. Estábamos acostumbrados a ver de vez en cuando una perla televisiva de mano de la multinacional del jarabe y a sorprendernos con la historia contada para incitar al consumo de cola, pero tal y como va la crisis, seguirán proliferando anuncios de firma porque hay que relanzar el consumo y para ello, recurrir a la fascinación de la publicidad de lujo.
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